martes, 17 de abril de 2018

Publicaciones Aparecidas entre 1870-1879 Séptima Entrega


Publicaciones Aparecidas entre 1870-1879 Séptima Entrega

15 de Enero 1870: La Discusión. Diario Democrático, Edición Madrid
Nº 393.
        Nuestro estimado correligionario D. José Maria Gil de Roda, nos dirige la siguiente carta, en que nos anuncia el triunfo alcanzado por los republicanos, en las elecciones municipales de la Villa del Campo y otros puntos y el que probablemente conseguirán en las próximas elecciones de un Diputado a Cortes.
Villa del Campo 8 de Enero de 1870.
Sr. D. Bernardo García.
        Mi apreciable correligionario en Montehermoso, Guijo de Galisteo y aquí, hemos vencido en las elecciones por gran mayoría. No se si en Hoyos y Aceituna habrá sucedido lo mismo. En el primero de estos pueblos había temores de ser muy reñida la lucha.
Estamos activando los preliminares para trabajar en las que tiene que haber para candidato a Cortes, por incompatibilidad de Montemar, sí nos unimos y se dirigen bien las elecciones contamos con probabilidades de triunfo, por estar fraccionado el partido realista entre un tal La Calle de Plasencia, el Gobernador de Toledo Sagasti, que es unionista y tiene su familia en Coria y un abogado de la Sierra de Gata llamado Bacas.
Sé de buena tinta que algunos de nuestros adversarios políticos, piensan dar su voto al candidato republicano que se designe por todo el partido.
Queda suyo. S. S. Q. S. M. B. José Maria Gil de Roda.


       No dudamos en manera alguna que nuestros correligionarios se pondrán de acuerdo para la elección de candidato después de disentir ampliamente las condiciones de cuantos aspiren a obtener sus votos. Nunca como en estos casos son necesarias la unión y armonía en los partidos.

26 de Mayo 1872: La Discusión. Diario Democrático, Edición Madrid Nº1.100
—Nuestros apreciables correligionarios de Villa del Campo (Cáceres), nos remiten la siguiente protesta que insertamos con gusto, porque ella es una prueba más de los innumerables y escandalosos abusos que el Gobierno ha cometido destituyendo corporaciones populares (se refiere a las corporaciones de Villa del Campo Cáceres, Cantillana, Sevilla, y  Constanti Tarragona,) cuyo poder es el poder legitimo de la democracia, sólo porque las ideas de estas corporaciones son distintas de las del Gobierno.
Esto es una arbitrariedad y una ignominia.
  He aquí el escrito á que nos referimos: «Este pueblo ha visto sucederse con universal asombro tres corporaciones municipales en el breve espacio de nueve días, hecho que no registrará ninguna provincia espiando en su azarosa historia constitucional.
El día 9 del actual se recibió una comunicación del gobernador civil de esta provincia de Cáceres en que se destituía al Ayuntamiento elegido por el pueblo, nombrando en su lugar otro. Este se constituyó anunciándolo al público, y el diputado ministerial de este distrito, D. Julián Zugasti, escribió al alcalde á los pocos ellas ofreciéndole su valimiento y protección , que sólo llegó hasta el 18 del mismo mes, en que fue depuesto por otra nueva Orden, así como los demás concejales excepto, dos.
Estos Cambios sin motivo ni causa alguna; estas órdenes y contraórdenes por puro capricho y lujo de mandar, menospreciando leyes y respetos que merecen todas las poblaciones, cualquiera que sea su importancia social, excede á todo lo que se ha hecho en los tiempos del moderantismo más feroz, y aun creen los firmantes que ni en los de Fernando VII se haría.
Los que esto manifiestan para que llegue á conocimiento de todos los pueblos del partido de Coria, provincia de Cáceres, y los demás de España, protestan del modo cómo se cumplen las leyes y se fuerza á obedecer sus trasgresiones, rogando á V Sr. Director, que lo inserte en las columnas de su distinguido periódico, por lo cual le anticipan las gracias sus afectísimos amigos y correligionarios que le desean salud y República federal.

Villa del Campo 20 de mayo de 1872.— Ramón Gutiérrez, Juan Gil,  Vicente Cunig, José Maria Gil de Roda, Sandalio Rodríguez Módenes, Enrique Alegre, José Prieto, Matías Barquero. Franfisco Clemente, Juan Alcon Gil, Agustín Escudero, Tomás Flores.»

17 de Junio 1871: La Humanidad, Periódico Semanal.
Eco de la Asociación Libre-Pensadora de Barcelona: Año II Número 24
EL TEATRO CRISTIANO
Uno de los ensueños de mi vida cuando abrí los ojos de la razón ante el espectáculo indescriptible que ofrecen las maravillas del universo y las instituciones político-religiosas, fue el de que llegase un día en que se descorriese el lúgubre y degradante antifaz con que cubre el clero su abominable farsa, y apareciera completamente desnudo á las asustadizas imaginaciones de los devotos que pasan el tiempo entre rezos, salmodias, mortificaciones y otras prácticas impropias de la gravedad y circunspección que deben presidir los actos humanos.
Viendo correr el tiempo inútilmente; víctimas el pensamiento y la palabra de ominosas tiranías que cayeron á impulsos del vendaval revolucionario, dudé ansiosamente muchas veces de ver llegar el día en que saludara gozoso la aurora de nuestra resurrección social.
Afortunadamente ese día ha llegado...
Es cierto que no aparece diáfano y transparente, que oscuros y densos nubarrones dejan escapar de sus medrosas profundidades frecuentes llamaradas eléctricas, signos infalibles de próximas y seguras tempestades, porque han salido fallidas las mas nobles y legítimas esperanzas; pero estamos en el principio de ese día grande, magnífico y salvador, y podemos gritar ebrios de placer: ¡Abajo la repugnante comedia religiosa! ¡Abajo el tráfico vil é ignominioso de la razón y de la conciencia! ¡Guerra á muerte á todo culto!
¡Ah! ¡Escribo esto y la pluma se estremece de gozo entre mis dedos! ¡Dudo que mis ojos, que mi corazón, que mi ser todo, haya visto y tocado este inesperado día, porque mil veces creí morir antes de llegar á verlo!
Y lo veo, lo toco y lo siento: y dominado por su poderoso y vivificante influjo, cojo enajenado la pluma y grito inundado de júbilo: ¡Guerra á muerte á todas las religiones! ¡Guerra á muerte á esa humillante y oprobiosa farsa que hace del hombre una bestia, y lo convierte en ridículo juguete de los embaucadores por excelencia, de los alquimistas clericales que han sabido sacar de algunos cuentos monstruosos inagotables tesoros, remontándose á los espacios de lo sorprendente y desconocido, con mengua de la dignidad humana.
¡Y qué medios han excogitado para llegar á tan asombrosos fines!
Su esfera de acción, su teatro ha sido igual en todos los climas, en todas las naciones, en todas las razas.
El Bonzo, el Imán, el Rabino, el Eclesiástico y todos los que dirigen ó enserian cualquiera religión ó culto, todos han recurrido á las mismas ó análogas engañifas y ardides para esclavizar á los tontos.
Hay diferencia, es cierto, entre una pagoda, una, catedral, una sinagoga y una mezquita; entre un altar druídico y un adoratorio mejicano; pero dada la abdicación de las facultades mentales en servicio de una secta; encadenando la razón y la conciencia al poste afrentoso de la fe, no se ve, no se oye, ni se entiende más que lo que los intérpretes sibilíticos de Dios quieren hacernos oír y entender.
Quizás no se cuente ninguna secta que haya sabido preparar y construir su escenario con más habilidad y destreza que la cristiana; pues desde la solitaria y agrieteada capilla de aldea hasta la soberbia y fastuosa basílica que descuella en medio de rica y poblada ciudad, en todas se ve dominar la astucia y el profundo conocimiento que han hecho del corazón humano los mimados sucesores de Moisés, del varón insigne que hacia brotar relámpagos de las alturas del Sinaí, y tuvo el raro y estupendo privilegió de seguir hablando después de muerto. (1)
Ved esos magníficos y costosos monumentos, obras laboriosas de siglos, en que se necesitaron el concurso de pueblos y generaciones para darles cumplido remate. Paraos ante sus delicados dibujos, vastas y espléndidas bóvedas, altas agujas y gigantescas torres embellecidas con los primores que crearon los mas superiores ingenios y dotadas de medios poderosos de comunicación que con vibrante tono hacen llevar á las muchedumbres sus dolores, sus alegrías, sus congojas y la alarma y el sobresalto que precede á las sangrientas conmociones que barren y cambian la faz de los pueblos: penetrad en su anchuroso recinto decorado con pinturas, mármoles, jaspes, bronces y los metales mas preciosos bellamente dispuestos y combinados: ved brillar en ricos altares á los ídolos, ataviados con las galas que más inquietan y seducen á los que se prosternan ante ellos, y ved una porción de hombres que se dicen sagrados vestidos con lujosos trajes de hilo y seda, bordados de plata y oro que se muestran al público haciendo visajes y contorsiones con gravedad forzada, envolviéndose entre nubes de odorífero incienso que embalsaman la atmósfera: Oíd los acordes acentos de numerosas y escogidas voces, y las notas que débiles ó suaves, lentas ó pausadas, rápidas ó vigorosas, lanza al aire el ostentoso órgano: reparad como pasado algún tiempo, callan de repente los sonidos todos„ apagándose los últimos ecos en los apartados ángulos del espacioso templo, para dejar oír la palabra de un ministro del culto que se dirige con reposado continente á la tribuna religiosa profusamente engalanada: reparadlo bien: examinad aquellos ojos fijos en tierra; aquella boca que apenas se atreve á murmurar algunas ininteligibles frases y sus brazos descansando sobre el duro y fuerte remate del círculo, que le rodea cuál si necesitase aquel sólido apoyo para sostener los profundos y difíciles pensamientos que gravitan penosamente sobré su inspirada cabeza: ved como cambia y se trasforma á medida que adelanta en su peroración: ya el acento es más seguro y los movimientos pierden el embarazo que al principio tenían: su cara se anima, sus brazos se mueven, sus ojos brillan; y arrogante, altivo y ufano del alto puesto que ocupa; viendo mudos y sumisos á sus pies á innumerables creyentes; se apodera del fuego divino que cree arde en su calenturiento cerebro, y arrogándose el poder de un Dios, fulmina los rayos de su cólera sobre la espantada multitud que gime y suspira aterrada, creyendo ver abrirse la tierra y precipitarse en las horrorosas llamas del infierno, ó que ruge pavoroso el trueno encima de sus execrables cabezas, dignas en aquel instante de los mas terribles castigos; en tanto que allá en sombrío y retirado confesionario abre el tímido penitente su corazón á hipócrita y astuto sacerdote que le hace escuchar con pérfida malicia los furibundos anatemas que arrancan del púlpito, para sumirle en el desolador sendero del fanatismo y la superstición.
Impresionados los fieles con la variedad de sensaciones que experimentan; arrobados en la contemplación de sus propias ideas, modificadas por las arrebatadoras armonías de la música y del canto; por el centelleo de las luces que hacen brillar mil objetos bruñidos por la mano del genio y las caprichosas y perfumadas espirales de incienso que se elevan y extienden por todas partes; subyugados los sentidos, voluptuosamente adormecida la razón y excitadas hasta el éxtasis las facultades todas, se figuran ver en ese conjunto bello y delicioso, la majestad del Dios que allí se muestra grande, terrible y misterioso, y ofrece á sus atónitas miradas otras grandezas, portentos y maravillas en las inmensas y dilatadas regiones celestiales que él llena con refulgente gloria, y disfrutan millones y millones de espíritus bienaventurados.
La función religiosa termina, y atravesando calles y plazas los espectadores, se dirigen á sus descuidados hogares donde resumen y comentan calurosos la comedia que acaban de ver, escuchándolos sus familias con devoción y recogimiento sin atreverse al disentir de las apreciaciones piadosas que les han imbuido los cómicos sagrados, fieles guardianes de la palabra y secretos que alberga el omnipotente.
He aquí el espectáculo que se viene repitiendo por millares de años en todos los ámbitos de la tierra con variantes en la forma, aunque no en el fondo: he ahí la magia, el secreto y el encanto de esa institución avasalladora, cuyo fin es enriquecerse á costa de la más repugnante servidumbre, embruteciendo la razón y pisoteando la conciencia.
Villa del Campo 12 de Mayo de 1871. J. M. Gil de Roda.
Deuteronomio, Cap. XXXIV, versículos desde el 5, hasta el 12.

Es más que probable, que alguno haya caído en la cuenta que este José Maria Gil de Roda, es el que con anterioridad que con anterioridad habíamos visto en el blogs y sí quienes compraron el libro lo ha leído, habrán comprobado que se trata del farmacéutico de los famosos Vejigatorios que presentó en la revista el Restaurador Farmacéutico, sección Varia Nº 26 de dicha revista, año 1867.
Dicho farmacéutico era un enfervorizado Republicano Federalista, fue Alcalde de Villa del Campo, al menos, en 1869.
En la legislatura 1873-74 fue Diputado a Cortes por la Circunscripción de Cáceres, distrito de Coria, en las Elecciones celebradas el 10 de Mayo de 1873, con un total de 2.980 votos de los 5,178 posibles, su Nº de credencial fue 307 y ejerció desde el 6 de Junio de 1873 al 8 de Enero de 1874 y alcanzo gran fama en la comarca, sobre su muerte oficialmente producida el 13 de Febrero de 1895, corrió una leyenda urbana que dada su ideología Republicana y anticlerical bien pudo ser verdad, unos diez-doce años de su muerte, una ley obligo a los Ayuntamientos a disponer de un recinto cerrado y decente para aquellos que de algún modo no murieran en gracia de Dios, es decir lo que se conoció como Cementerio Civil, como parece obvio por este manifiesto y el posterior Soneto, este señor ni podía ni querría ser enterrado en un cementerio Católico, dada su acaudalada condición (son notables las posesiones que se le conocían) es lógico que la familia lo enterrara en un panteón, y es aquí donde arranca su leyenda.
El o la familia, encargo en panteón en el cementerio civil, a unos albañiles de Pozuelo, debido a las condiciones metereológicas, el panteón no se terminaba, y en aquel Febrero de 1895 la familia iba y venia a Pozuelo con excesiva frecuencia metiendo prisa a los albañiles para que terminasen el panteón, dichos albañiles no entendían que con la que caía, un panteón corriera tanta prisa, el problema esta en que el señor Gil de Roda ya había fallecido y su cuerpo olía cada vez más.

26 de agosto 1871: La Humanidad, Periódico Semanal.
Eco de la Asociación Libre-Pensadora de Barcelona: Año II Número 34

SONETO.
La religión cristiana es grande y santa:
siglos y siglos cuenta de existencia,
y armada de ostentosa omnipotencia,
en todas partes su estandarte planta.
Su gloria, al pavoroso Infierno espanta
y legiones de santos su asistencia
la prestan con amable complacencia,
y el cielo su poder, su fuerza canta.
A sus decretos el mar tempestuoso,
que ronco y fiero se agita horripilante,
acata y obedece en cualquier hora.
Y al mismo Dios, al Todo-Poderoso,
Hace bajar de lo alto en un instante
y le PARTE, le MASCA y le devora.

  Villa del Campo Agosto 1871
J. M. Gil de Roda.

26 de Mayo 1872: La Discusión. Diario Democrático, Edición Madrid Nº 1.100
—Nuestros apreciables correligionarios de Villa del Campo (Cáceres), nos remiten la siguiente protesta que insertamos con gusto, porque ella es una prueba más de los innumerables y escandalosos abusos que el Gobierno ha cometido destituyendo corporaciones populares (se refiere a las corporaciones de Villa del Campo Cáceres, Cantillana, Sevilla, Constanti Tarragona,) cuyo poder es el poder legitimo de la democracia, sólo porque las ideas de estas corporaciones son distintas de las del Gobierno.
Esto es una arbitrariedad y una ignominia.
  He aquí el escrito á que nos referimos: «Este pueblo ha visto sucederse con universal asombro tres corporaciones municipales en el breve espacio de nueve días, hecho que no registrará ninguna provincia espiando en su azarosa historia constitucional.
El día 9 del actual se recibió una comunicación del gobernador civil de esta provincia de Cáceres en que se destituía al ayuntamiento elidido por el pueblo, nombrando en su lugar otro. Este se constituyó anunciándolo al público, y el diputado ministerial de este distrito, D. Julián Zugasti, escribió al alcalde á los pocos ellas ofreciéndole su valimiento y protección , que sólo llegó hasta el 18 del mismo mes, en que fue depuesto por otra nueva Orden, así como los demás concejales excepto, dos.
Estos Cambios sin motivo ni causa alguna; estas órdenes y contraórdenes por puro capricho y lujo de mandar, menospreciando leyes y respetos que merecen todas las poblaciones, cualquiera que sea su importancia social, excede á todo lo que se ha hecho en los tiempos del moderantismo más feroz, y aun creen los firmantes que ni en los de Fernando VII se haría.
Los que esto manifiestan para que llegue á conocimiento de todos los pueblos del partido de Coria, provincia de Cáceres, y los demás de España, protestan del modo cómo se cumplen las leyes y se fuerza á obedecer sus trasgresiones, rogando á V Sr. Director, que lo inserte en las columnas de su distinguido periódico, por lo cual le anticipan las gracias sus afectísimos amigos y correligionarios que le desean salud y República federal.

Villa del Campo 20 de mayo de 1872.— Ramón Gutiérrez, Juan Gil,  Vicente Cunig, José Maria Gil de Roda, Sandalio Rodríguez Módenes, Enrique Alegre, José Prieto, Matías Barquero. Franfisco Clemente, Juan Alcon Gil, Agustín Escudero, Tomás Flores.»

2 de Julio de 1872: La Discusión, Diario Demócrata
Correo de Provincias
Extremadura. Sobre un suceso de que ya hace tiempo tienen noticia nuestros lectores, se nos dan curiosos detalles en la siguiente carta:
Sr. D. Bernardo García.
Villa del Campo 28 junio de 1872.
Mi estimado correligionario, lo que aquí sucede con los carlistas es digno de que se sepa, para que se aprecie la actitud que toman ciertos hombres en el desempeño de sus obligaciones.
A poco de haberse internado en Portugal la partida de carabineros y paisanos mandada por el teniente Naranjo, aparece otra en las inmediaciones de Granadilla y la Zarza, dirigiéndose hacia este pueblo de Villa del Campo, donde cuenta con al apoyo del ayuntamiento, que es carlista, y cuantas personas le rodean, al fin, sin duda, de reclutar alguna gente o de cometer algún atentado poco religioso y moral con ayuda de los curas y sacristanes que cooperan en honra y gloria de Dios á hacernos atravesar el dintel de las puertas celestiales.
Viendo que este alcalde no tomaba disposiciones ningunas para proteger las vidas é intereses de estos vecinos, los republicanos que aquí somos, nos dispusimos á la defensa y el ataque, participando nuestra decisión á algunas autoridades para que adoptasen las medidas oportunas. Tiene conocimiento la guardia civil de esta segunda facción; y se dirige con fuerzas bastantes á los puntos donde parecía hallarse el foco de ella; y pernoctando unos siete guardias en el pueblo de Santibáñez el Bajo, del que es cara párroco D. José Hernández, oficial que fue en la pasada guerra civil a las órdenes de Cabrera, son insultados y amenazados por los vecinos de dicho pueblo, que se arrojan sobre ellos a gritos, con piedras, palos e instrumentos cortantes; viéndose en la necesidad de herir á varios á la bayoneta, y disparando sus armas.
Inútil fue a los bravos guardias pedir auxilio al alcalde, cuando temieron que aquel populacho feroz llevase adelante sus caritativas y piadosas intenciones. Todo estaba en reposo y silencio y todos se excusaban contribuir a sofocar un  motín que nada bueno prometía: Solo el maestro de niños, don Valentín Barros, trató de amparar en su casa á los valientes guardias que, delicados y pundonorosos, no quisieron parapetarse en ella por las consecuencias que pudieran sobrevenirle, saliéndose denodados al campo.
Con tan grave suceso, se aproximaron á Santibáñez destacamentos de más guardias, y nosotros que veíamos aquí otro centro de insurrección por las noticias que se nos daban continuamente de seguir vagando la partida carlista en las cercanías y hallarse en casa de una hermana suya en este punto, el cura del referido pueblo, de quien se tenían vehementes sospechas de su connivencia con los facciosos y hasta de haberles acompañado por indicios y pruebas que se habían sorprendido, advirtiendo la creciente agitación, frecuentes reuniones, idas y venidas de curas y afiliados en el carlismo; intentamos dar publicidad á tales hechos, para que las autoridades civiles y militares vieran de poner coto á cualquier proyecto subversivo que indudablemente se elaboraba por mediar muchas personas en su confección y existir las causas ligeramente reseñadas.
Pero el señor juez de primera instancia interino, criatura hecha y modelada bajo el benéfico soplo del diputado Sr. Zugasti, á quien se le comunicó todo lo que ocurría; calló primero, y después, cuando se le hizo conocer lo urgente de la cosa, se contentó con dar excelentes consejos, muy buenos cuando no existen los motivos que aquí hay para emplearlos tal como se previene.
Los jefes de unos treinta guardias civiles que aquí se dirigieron, entraron en dos o tres casas, cogieron una o dos escopetas, tomaron chocolate en amor y compañía del señor cura y otras personas enjusdem furfuris, lleváronse algunos bagajes de republicanos en su mayor parte, cuando los señores carlista estaban más al alcance de la mano del alcalde por desempeñar este servicio, y sin despedirse del juez municipal, sin hacerle el más pequeño ofrecimiento ni dirigirle la más mínima pregunta que oliese á celo y deseo de cazar á los verdaderos creyentes, se fueron con su gente otra vez de donde habían venido, enviando á los bagajeros á sus casas sin retribuirles por estar en función de guerra según estos han dicho, y aquí paz y después cualquier cosa.
Esta manera de perseguir a los que se levantan en armas contra el gobierno, esta sorprendente actividad y desusada energía que no permite á los jefes de la guardia civil destacar unos cuantos hombres para apoyar á los que militan en las avanzadas de las ideas protectoras del pueblo; ese calenturiento ardor que demuestran les autoridades encargadas de sostener las instituciones vigentes abandonándolas á los esfuerzos aislados de los buenos patricios, son digno, Señor director, de tributarles las alabanzas merecidas y hacerlo saber al mayor numero posible de ciudadanos, para que cada cual se eche sus cuentas en tales casos y defienda, decidido como nosotros, los derechos individuales con la boca de excelentes escopetas y seguros revolvers para no verse expuesto a que los manchen y huellen oscuras y ominosas plantas.
Es de V. suyo S. S. Q .S .M .B. José Maria Gil de Roda.

5 de Marzo 1873: El Gobierno (El Gobierno Diario Político de la Mañana) Año II Número 77 
Sr. ZUGASTI: ¿Sabe el señor ministro dé la Gobernación que en la provincia de Cáceres han sido destituidos algunos Ayuntamientos en el momento en que se proclamó la república, y a pesar de lo dispuesto en contrario por el Gobierno, continuar los nuevos Ayuntamientos negándose á obedecer al Poder Ejecutivo, dándose el ejemplo de que los, que han cometido esos actos son los que se llaman republicanos? En Galisteo el Ayuntamiento ha sido también destituido por la fuerza y separado el juez, municipal dé Villa del Campo y Pozuelo. ¿Está dispuesto el señor ministro de la Gobernación á telegrafiar al gobernador para: que haga cumplir la ley?

Mayo 1873 Acta de Diputado
Congreso de los Diputados - Histórico de Diputados 1810-1977

Elecciones: 31. Elecciones 10.5.1873
Legislatura: 1873-1874
Circunscripción: Cáceres
Distrito: Coria
Votantes: 5.178
Votos obtenidos: 2.980
Nº credencial: 307
Fecha de alta: 05/06/1873
Fecha de baja: 08/01/1874
Observaciones
Fecha de alta la de aprobación del acta. 
Signatura:
A.C.D. Serie documentación Electoral: 74 nº 10

5 de Junio 1873: La Discusión, Diario Democrático
Cortes Constituyentes
Extracto oficial de la sesión celebrada el día 4 de Junio de 1873
Presidencia Interina del Señor don José Maria Orense.
Abierta la sesión a las dos y cuarto, y leída el acta de la anterior, dijo:
«El Sr. González Cherma, deseo se  haga constar que ayer presente también cinco certificados referentes al acta de Nulos: y al mismo tiempo debo manifestar que en el Diario de las sesiones he advertido que al final de la sesión del día 1º se pone, que se dieron vivas á la República, Española y los vivas que se dieron yo creo que fueron a la Republica Federal, y así pido que conste.
El Sr. Secretario (López Vázquez): Constará.
Sin más, quedó aprobada el acta, previa la oportuna pregunta.
El Sr. Sánchez Villora. Por encargo de un amigo, tengo el honor de presentar varios documentos referentes al acta de Almansa.
El Sr. Tegerina: Presentó á la mesa dos documentos referentes á la elección do Peñaranda de Bracamonte, provincia de Salamanca.
El Sr. Riesco: Tengo el honor de presentar á las Cortes varios documentos que prueban las inexactitudes cometidas en la elección de Castropol, defectos que contiene el escrutinio general y mal sentido en las redacciones de los documentos que vienen á comprobar el acta presentada por el diputado electo, y ruego á la mesa los pase á la comisión para que los tenga presentes antes de dar dictamen.
El Sr. Casalduero: Tengo el honor de presentar algunos documentos relativos á la elección del distrito dé Sarria, provincia de Lugo; y suplico al mismo tiempo á la comisión de actas se sirva detener su dictamen respecto á este distrito hasta que lleguen otros documentos que no han podido hallarse aquí todavía por efecto de la dificultad de las comunicaciones en Galicia.
El Sr. Táillet: Tengo el honor de presentar á la mesa una exposición y varios documentos que se, refieren á las actas de Pontevedra, en los que constan los diversos abusos electorales cometidos á favor de don Indalecio Armesto, con objeto de que la comisión los tenga presentes al dar su dictamen.
El Sr., Pérez; Valeriano y Rubio: Debo presentar á las Cortes varios documentos que tienen relación con el acta del distrito do Almansa, de los cuales resulta que unos notarios que no veían ni oían, y á las veinticuatro horas ya oían y veían; y además una nota para forme parte de los documentos del  acta, de los cuales resulta que unos señores de Chinchilla han usurpado 61.000 fanegas de terreno, y esta es la causa de la influencia que tienen en, las elecciones.
El Sr. Secretario (López Vázquez): Todos estas documentos que se han presentado pasarán á la comisión de actas.»
Pasaron á la comisión de actas las credenciales presentadas por los señores don Tiroteo Alfaro, D. Raimundo Fernández Villaverde, D. Buenaventura Abarzuza y D. Serafín Arenzana Martínez.
A la misma comisión pasaron una solicitud de D. Antonio Villalonga, acompañando un documento referido a las actas de Ibiza; otra de D. Juan. Martínez, elector del distrito de Alharna, manifestando que el diputado electo por aquel distrito carece de actitud legal; y otra de D. Antonio Martín y Aguilar, entregada por el Sr. Villanueva, en solicitud de que se suspenda la aprobación del acta del distrito de Toledo.
Se dio cuenta, y las Cortes; quedaron enteradas, de que la comisión de Reglamento, se había constituido, nombrando presidente al Sr. Torres y Gómez y secretario al Sr. La Rosa (D. Adolfo).
El Sr. Pérez Valeriano y Rubio:
Desearía que se diera cuenta á la Asamblea de mi dimisión del cargo de secretario de la misma.
El Sr. Secretario (Soler y Plá): Debo decir que con acuerdo del mismo Sr. Pérez Rubio se ha suspendido el dar cuenta de la comunicación a que se ha referido S. S.
El Sr. Pérez Rubio: El Sr. Soler y Pla se equivoca. Se me exigía que así lo hiciera; pero he dicho que no podía permitirlo, y que la mesa obrara como correspondiese.
Esto es lo que yo he entendido, y lo cierto es que tengo gran interés en que la asamblea conozca los motivos que me han impulsado á presentar la dimisión del cargo con que el congreso me había favorecido.
El Sr. Presidente: Habíamos convenido en que no se tratara dé este asunto hasta enterarnos nosotros detenidamente de él; pero toda vez que ya se ha hablado, la mesa dará cuenta cuando lo crea oportuno.
Orden del Día
Discusión del dictamen de la comisión auxiliar y permanente de actas que quedaron sobre la mesa en la cesión de ayer.
Leído el de la comisión permanente, relativo a los individuos que componen la auxiliar, fue aprobado sin debate alguno, quedando admitidos y proclamados diputados los Señores D. Ángel Armentia, D. Eusebio Pascual y Casas, D. Salustio Víctor Alvarado y Somoza, D. Eustaquio Sontos Manso,  D. Juan Manuel dé Paz, D. Guillermo Soller. y D. Martín Barrera.
Asimismo fue aprobado sin debate alguno el dictamen de la comisión auxiliar, referente á las actas de los señores diputados que componen la comisión permanente y quedaron admitidos y proclamados diputa dos los Sres. D. Tomás de Andrés Montalvo. D. José Toribio Plaza Claramente. D. José Tomás Salvany. D. Tomas de la Calzada Rodríguez. D. Ramón Pérez Costales, D. Eleuterio Máisonnave Cutayár D. José González Alegre y Álvarez.
Acto continuo se leyeron, y quedaron sobre la mesa los dictámenes de la comisión auxiliar de actas que a continuación se expresan:
Dictado presentado por la comisión de actas
1 D. Francisco García López, Latina Madrid.
(Sucesivamente va apareciendo una lista de 346 diputados y en el numero 307 aparece José Maria Gil de Roda, Coria (Cáceres)…
Se levanta la sesión.

Eran las tres.

5 de Marzo 1874: El Magisterio Español: Revista General de la Enseñanza: Época 2ª Año VIII Número 377
Un colega de Cáceres amenaza al Ayuntamiento de Villa del Campo con denunciar un abuso, si no paga á los Maestros al corriente y si no los guarda las debidas consideraciones. Sentiríamos, dice, tener que poner de manifiesto todo lo que puedo hacerse y no se hace en este pueblo, según las noticias que so nos han comunicado. Parécenos quo no por eso cambiará la situación de los Maestros del citado pueblo, como cambiarla si hubiera suficiente energía en la autoridad.

17 julio 1874: La Correspondencia de España: Diario Universal de Noticias: Año XXV Número 6072
Villa del Campo (Cáceres) 15. En este pueblo se han celebrado con la mayor solemnidad unas honras fúnebres por el ilustre marqués del Duero, las cuales han sido costeadas por suscrición del ayuntamiento, juez y fiscal municipal.

1 de Mayo 1875: La Correspondencia de España: Diario Universal de Noticias: Año XXV Número 6360.
A CABA DE LLEGAR, A ESTA CAPITAL, Cava baja, posada del Dragón, cuarto núm. 35 un gran surtido de chorizos sin picante, morcillas y lomos Extrémenos de Villa del Campo, provincia de Cáceres.

25 de Septiembre 1876: El Magisterio Español: Revista General de la Enseñanza: Época 2ª Año X Número 561
Villa del Campo. J. B. Recibido su carta y libranza. Anotado el pago.
25 de Diciembre 1876: El Magisterio Español: Revista General de la Enseñanza: Época 2ª Año X Número 579.
Dentro de los años comprendidos entre 1876-1879 aparecen varias notificaciones de este tipo en la misma revista.


29 de Marzo 1879: El Pueblo Español: diario democrático de la tarde: Época Segunda Año IV Número 328
La reunión del Jueves
(El jueves 27 de marzo se produjo una reunión en casa del Sr. Laureano Figueroa de cuyos temas tratados se facilito un manifiesto a la prensa que decía).
A los lectores demócratas
Al convocarse nuevas Cortes suelen decir los ciudadanos lo que piensan y sienten acerca de los negocios de la patria. Lo diríamos nosotros si no viviéramos bajo leyes que respetan la manifestación de las ideas sólo en libros de doscientas páginas. A presentar embozadas nuestras opiniones, preferimos callarlas; nos limitaremos á examinar si los demócratas debernos o no acudir á las urnas.
Para luchar es indispensable que haya condiciones de lucha. Sería evidentemente insensato que hombres inermes se prestarán á combatir con ejércitos armados de todas armas; no podrían hacer más que gastar sus fuerzas y aumentar las del enemigo proporcionándole fáciles victorias.
Las armas de que aquí disponen los gobiernos para las contiendas electorales las conocemos todos. Se las puede contrarrestar sólo cuando libre la prensa, libres los partidos para reunirse y asociarse, libres los candidatos para airear á sus electores y hacerles tocar con el dedo los abusos del poder y los males de la patria, cabe mover la opinión y levantar á los pueblos de la postración en que los sumen tributos que todos los años aumentan, vejámenes que de día en día se agravan, y crisis interminables que van incesantemente disminuyendo el trabajo en las ciudades como en los campos. Aun así es insostenible la lucha, si á los muchos electores que viven á la sombra ó bajo la dependencia del gobierno no es posible oponer las masas de ciudadanos libres que tanto contribuyen á la vida y la riqueza de las naciones.
Hoy, lo sabe el país, no son electores sino ciertos contribuyentes. Los Jornaleros están por completo excluidos de los comicios. Lo están aún los pequeños proletarios que no paguen al año cien reales al Tesoro, y los industriales que no paguen doscientos. Son todos aptos para servir en los ejércitos y pagar tributos en lo que consuman; pero no digan á los ojos de los conservadores de intervenir en la elección de los hombres que hayan de representar lo mismo sus intereses que los de sus compatricios. Queda sin voto la inmensa mayoría de la nación, y con ella las clases más ávidas de libertad y reformas.
Está, por otra parte, la prensa bajo una ley tiránica. Se necesita de autorización para publicar periódicos, y no se la obtiene si no se satisfacen mil reales por contribución territorial ó dos mil por subsidio industrial ó de comercio. No se permite discutir ni la religión del Estado, ni la forma de gobierno, ni la actual organización de la propiedad y la familia, como si no enseñase la historia que todo ha sido objeto de eterna discusión y de frecuentes y saludables mudanzas. No se permite, y es más, decir nada qué á los ojos de las autoridades aliente esperanzas en los enemigos de la paz pública. Suponer imposible la continuación o el ejercicio del orden legal es ya un delito. Y caen los transgresores de la ley, no bajo el jurado, sino bajo un tribunal cuyos individuos elige á su voluntad el gobierno. Así vive la prensa estrecha y miserable vida.
En las luchas electorales es aún más necesaria que el periódico la hoja suelta. Por las hojas principalmente se despierta á los electores, se contesta á toda clase de cargos y se desconciertan las cábalas y las intrigas de los enemigos. Son una de las principales armas de combate. No se puede, sin embargo, publicarlas sin permiso del Gobernador o del Alcalde; y Alcalde y Gobernador pueden negarlo sin que les alcance responsabilidad de ningún género. De la negativa del alcalde cabe apelar al Gobernador y de  la del gobernador al ministro; pero, cuando se resuelva la alzada, ¿de qué habrá de servir las más de las veces el permiso?
No se hable de los derechos de reunirse y asociarse. Escritos están, pero sin las leyes que, según la Constitución, han de regular su ejercicio. Dependen del capricho del Gobierno, que puede autorizar á no las reuniones, presidirlas ó hacerlas presidir por sus agentes, respetarlas o disolverlas, obligadas á deliberar y resolver bajo su sombra y su amenaza.
¿Qué importa que en la ley electoral se haya aparentado hacer concesiones á las minorías? Universal el voto, podrían ser eficaces; restringido, son inútiles. Tanto más inútiles, cuanto que está todo combinado para hacerlas ilusorias.
Así las cosas, faltos completamente de garantías, nosotros todos les que este manifiesto suscribimos estamos por el más absoluto retraimiento: porque ningún demócrata vaya á las urnas ni para votar siquiera á los que como defensores de nuestros dogmas se presenten candidatos. Conviene que demos muestras de virilidad y de energía; que se nos sepa dispuestos á no transigir con situaciones que se atreven á proscribir, como ilegales, partidos que respetan las leyes, á mutilar derechos que, como inherentes á nuestra personalidad, no senos puede arrebatar sin amenguarnos, á encerrar dentro de doctrinas, formas y leyes qué no pueden ser eternas, el humano pensamiento. No es posible transigir sobre derechos, sin los que son imposibles así el pacifico progreso de los pueblos como la dignidad del hombre.
Se nos Cita por modelo la vecina Francia; pero allí tienen las oposiciones garantías de que aquí carecen, y allí el sufragio universal desde que se estableció, sobrevivido á todos los gobiernos. Devuélvansenos las garantías y los derechos consignados en el título 1º de la Constitución de 1869 y exímasenos del juramento como lo hizo la revolución de Septiembre, y concurriremos á los comicios. Mientras no hagamos en lo posible el vacío, alrededor de los hombres que nos mandan. Tal fue la conducta que contra nosotros siguieron los conservadores cuando todos los ciudadanos gozaban del derecho electoral y de la libertad más amplia: lo que ellos hicieron sin razón contra nosotros, hagámoslo nosotros contra ellos ya que nos lo exige el decoro y nos lo consiente la justicia.
Madrid 28 de Marzo 1879.
Le sigue una larga lista de ex-diputados que apoyan el manifiesto.
Entre los que estaba José Maria Gil de Roda.
Le sigue una nota de la editorial.
La reunión del partido progresista democrático, ó de lo que pudiéramos llamar centro democrático, reunión que ya conocen nuestros lectores en todos sus detalles, ha sido objeto de la atención de la prensa, que la juzga y examina según el criterio especial de cada periódico y las aspiraciones particulares de los distintos grupos políticos. Esta especie de juicio, este proceso de la prensa periódica es de suma importancia, porque, manifiesta, siquiera exteriormente y en sus efectos, las tendencias y el sentido que dominaron en aquella reunión, y aun lo que puede esperarse de aquel suceso…
Tres Días más tarde también aparecía en el diario La Unión Demócrata y otros medios.

6 de Mayo 1879: El Constitucional: diario liberal: Época Segunda Año XIV Número 3324
Nuevo Manifiesto, entre cuyos apoyos o firmantes se encontraba José Maria Gil de Roda.
A los Electores Moderados-Históricos
Señores del comité moderado de...
La coalición electoral del partido moderado, de legada de la junta directiva, ha de ser muy breve en la carta que dirige a sus correligionarios políticos, porque así lo exigen de consuno con los altos deberes que tiene que cumplir, la perentoriedad de las circunstancias y hasta el escaso resultado que desgraciadamente se promete de esta apresurada contienda, en que con más ventajas alguno, y muchas desventajas los otros, van á entrar en lid parlamentaria todos nuestros bandos políticos. El moderado se sacrifica hoy á sus deberes, porque partido de orden y de gobierno, no puede dejar de asistir á las urnas electorales, siquiera considere, cómo presente caso, que las armas  son completamente desiguales: La forzada situación que ha heredado este gobierno de su antecesor, preparado ya hace tiempo para el combate con sus Ayuntamientos sus Diputaciones Provinciales, censo Electoral  y cuantos más medios creía que eran menester para salir triunfante de las elecciones, hace imposible que haya hoy igualdad, equidad y justicia en la lucha de los partidos. No las hay ni aun para el mismo ministerio, que, proclamando franco, libre y leal el combate, se ha de encontrar desarmado ante las fuerzas organizadas del que le ha precedido. ¡Dios quiera que por este peligroso camino no lleguemos á resultados poco lisonjeros!

En tal estado de cosas, el partido moderado no lleva mas esperanzas que las que le inspiran el levantado carácter del actual presidente del Consejo de ministros, y la franca legalidad por éste tan noblemente proclamada. No en vano desde él principio del período más glorioso del general Martínez Campos, viene acompañándole nuestro partido, primero con su constante cooperación, sin vacilaciones ni dudas, y luego con su admiración y su entusiasmo. De aquí nuestra confianza en las generosas palabras del ilustre jefe del gabinete, que esperamos sean cumplimentadas por todos sus compañeros…



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