lunes, 15 de julio de 2013

Villa del Campo, sus Orígenes, sus Raíces, su Historia. (Ampliado)

                                                  Villa del Campo

Hallar la fecha de la fundación de esta villa, no resulta fácil con los datos de que se dispone, lo más próximo que documentalmente se ha encontrado es la breve reseña que sobre su historia recoge Madoz en el diccionario de su nombre y que sin duda la obtiene de las respuestas del interrogatorio echo al efecto al que los interrogados respondieron bajo juramento lo que por tradición a ellos les había llegado, (el resto de los datos referidos por Madoz a la historia de esta villa, son fruto de una confusa interpretación de la Crónica de la Orden de Alcántara, que no se ajustan a la realidad histórica).

            Cuenta la tradición que el Campo se formó por agregación de casas en torno a una edificada en esta campiña propiedad de la Encomienda de Santibáñez, Orden de Alcántara.

Partiendo del histórico dato heredado y trasmitido de generación en generación por el vulgo, y siguiendo el curso de la historia y los acontecimientos que precedieron al primitivo asentamiento, nos acercaremos a la época en que pudo ser levantada la mencionada casa por la Orden de Alcántara y que dio origen al Campo.

Aunque para hallar la fecha de la fundación bastaría con partir del momento en que el terreno es donado a la orden, para una mayor comprensión y entendimiento de la evolución de lo que hoy es nuestro término, lo haremos desde el dato más remoto reconocido en nuestro entorno.

              No siempre se encuentra información precisa y continuada, menos aún tratándose de las pequeñas plazas fuertes o determinadas comarcas que nos rodean, cuando esto suceda, y a fin de cubrir las épocas en las que ni Anales ni Crónicas, mencionan el territorio que nos ocupa, el hilo conductor que nos guiara a la creación del Campo se nutrirá de datos de las zonas de influencia que mantendrán vivo el entorno. 

                                                     VETTONES / ROMANOS

No existe la menor duda que antes de los Vettones, otros moradores ocuparon el entorno de nuestro suelo, pero fueron estos quienes más claras huellas dejaron, su modo de vida y la de sus sucesores se adaptaba tanto a las características del terreno que aún es perceptible su estela.
La presencia Vettona en la zona, cabria cifrarla, en torno a los siglos V- III A. de C. los profundos cambios de desarrollo, motivados por las nuevas herramientas surgidas de la segunda edad del hierro, conllevaron un notable aumento de las practicas agrícolas y ganaderas que requerían nuevas superficies, propiciando la llegada de clanes, a tierras menos explotadas y poco accesibles.
En este marco, de salida de los clásicos asentamientos, hacia nuevas fronteras, pudieron llegar al valle del Árrago los Lacaos mencionados por Velo y Nieto “Reconquista de la Alta Extremadura como fundadores de la ciudad de Laconimurgo, y que a su vez, se basa en el relato que sobre tal ciudad, hace en 1608 el Padre Francisco de Coria, en su libro II capítulo 4º “Descripción de Extremadura” y que dice así.

        Descripción de Laconimurgo Por Francisco de Coria

Una legua del castillo y villa de Santibáñez de Mascoles, hacia el mediodía junto al río llamado Árrago, y en el paraje y propio lugar a donde se juntan las aguas de la rivera Trasgas con las del Árrago en una punta de tierra que está entre estos dos ríos, en el propio sitio y lugar sobre dicho, edificaron los celtíberos vectones la antiquísima ciudad de Conimurgo, y los fundadores de ella, fue una generación particular de los celtíberos llamada los Lacaos de quien la sobredicha ciudad tomó el nombre.
Fundaronla estas gentes en el año 770 antes del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. En La entrada que estas gentes hicieron en la Lusitania, dentro de cuyos límites estuvo esta ciudad, a la mitad del camino que hay de Cáparra a Ciudad Rodrigo, como dice el cronista Florián de Ocampos en su crónica de España.
De esta antigua ciudad hace memoria Ptolomeo cosmógrafo antiguo.
No fue muy grande su población, según lo declaran sus vestigios y ruinas, pero de mucho nombre y autoridad.
Duró esta ciudad muchos años, presúmese, la ganaron los romanos en el tiempo que conquistaron la Lusitania por medio del Cónsul Junio Bruto…
… El asiento de esta ciudad fue en tierra llana, aunque su territorio no lo es.
Parécense todavía algunos vestigios y ruinas de argamasa  y una puente destruida.
Pasan los dos ríos de Árrago y Trasgas por junto a ella. No se sabe de cierto en qué tiempo y ocasión, y porqué gentes fue destruida esta ciudad, presúmese que no escaparía de la persecución y ruina que en España hicieron las Vándalos, Alanos, Suevos, Silingos y Godos cerca de los años del Señor de 410, poco más o menos, en el cual tiempo fueron destruidas y asoladas muchas ciudades y castillos en España, cuando estas dichas naciones la conquistaron y se hicieron señores de ella.
Está en las ruinas de esta ciudad, una devota ermita llamada de Nuestra Señora de Reina la cual Iglesia fue antiguamente parroquial  por haber estado fundada en el sitio de La Conimurgo una villa que se llamó Trasgas y fue Cámara del Obispo de Coria que ahora está destruida lo cual se colige de una bula del Papa Lucio III que comienza:
Fecha 14 de abril año del Señor 1184 en la cual concede a Don Arnaldo Obispo de Coria y a sus sucesores entre otras cosas las Villas de Ceclavín, Ahigal, Trasgas y Santa Cruz por Cámaras Episcopales.
Esta villa de Trasgas, según la opinión del vulgo fue trocada antes que se destruyese por Villanueva de la Sierra que por otro nombre es dicha del Obispo.
Y esto tengo por muy verdadero.

El padre Coria, muestra nuestro entorno en el ámbito Celtibero, con datos precisos de más de un milenio, en el que tras varios siglos de  presencia Vettona incluida la conquista y posterior romanización, Laconimurgo es aplastado por las hordas bárbaras, más tarde resurgirá como la aldea de Trasgas.

Tras la conquista romana siglo II A. de C. generalmente los antiguos castros descienden a sitios más llanos y accesibles, surgen las calzadas por las que se abren paso mejoras en otros ámbitos, sin olvidarnos que los romanos no fueron ajenos a los aluviones de Trasgas y Árrago, ni de la Ilmenita o la Casiterita, la posterior crisis del Imperio, ocasiona el abandono de las ciudades y el auge de Villares o Casares, y bien pudo coincidir dicha crisis con los asentamientos de la margen izquierda del Árrago, la Raíz el Mosquil, el Pantano, la Parra y un largo etc. Durante este periodo romano, desde crónicas, surgidas de convulsivas épocas, se atribuye al Vetton Laconimurgo, ser la cuna del deportista mejor pagado de todos los tiempos, (hasta la fecha nadie ha alcanzado su record) se trata del Auriga, Cayo Apuleyo, Diocles, cuyas ganancias y victorias se encuentran grabadas en una amplia lapida (ocho pies de largo, cuatro de ancho, Corpus Inscriptiorum Latinarum, VI, núm. 10048) que sus seguidores levantaron en un circo de Roma, próximo al actual Vaticano.


                                                  Arragones / Godos

Todo periodo de tiempo, conlleva luces y sombras, en el tardoromano que nos ocupa, bien por desconocimiento o falta de interés general, abundan las últimas obviando las evidencias que indican lo contrario.
Tras la caída del Imperio Romano, a manos de las Ordás Bárbaras, la historiografía muestra un incomprensible vació, cuando hay evidentes muestras de quienes lo ocuparon.
La extensa presencia de tumbas en variadas modalidades, fusiformes, olerdolanas, o cistas, esparcidas por todo el entorno, no dejan lugar a dudas que el suelo estuvo poblado.
Velo y Nieto, cita a los Arragones, como tribu de posible origen Vetton, “pastores guerreros que se asentaron a poca distancia de Coria, por lo que Caurienses y Arragones serian del mismo origen”  Floriano Cimbreño y Matías Ramón Martínez, coinciden en señalar que se trataría de un pueblo que habitaba las actuales Batuecas, Hurdes, Coria y Plasencia, idéntica teoría que Fernández Guerra, Matías R, Martínez añade que la voz Árrago pertenece a las antiquísimas lenguas Españolas, sin que haya cambiado de voz, y refiriéndose a Coria comenta que fue la antigua ciudad de los Vettones, en cuya comarca vivían las tribus de estos llamadas Arragones, que han dejado su nombre en el río Árrago.
Opiniones aparte, es más probable que el Árrago de nombre a los Arragones que a la inversa, Árrago (ver trabajo de Minera en la Raíz) básicamente significa, río de montaña, corriente de agua, o simplemente río, motivo por el que aparecen derivados de dicho hidrónimo en diferentes puntos geográficos, sin ir muy lejos Alagón procede de Árrago.
Tanto en el “Cronicón Biclarense” de Juan de Bíclaro, como en “Historia Suevorun” de San Isidoro aparecen por primera vez los Arragones, ambos se refieren a que en el año 572, el segundo de su reinado, el Rey Suevo Mirón atacó y derrotó a los Arragones, y a los Rucones (estos últimos asentados en la rivera del Rueca) numerosos historiadores citan el nombre de los sometidos sin darles ubicación, la aquí expuesta se basa en que  aquel año 572, Leovigildo hacia campaña contra los Bizantinos que ocupaban parte de la Betica y Mirón extendió su reino hacia el sur para evitar que tras las luchas con los Bizantinos Beticos, dicho espacio cayera en manos visigodas, protegiendo con ello sus fronteras.
Semejantes teorías son contempladas en estudios recientes, dando más verosimilitud al ataque de Mirón, en la comarca Cacereña que en la Cantabra, poco duro la estrategia sueva, el poderoso Leovigildo acorralo a Mirón obligándole a pedir tregua en condiciones adversas.
El modo de vida  de estos Arragones, quizás este semienterrado en nuestro subsuelo, sin que pudieran variar mucho de las constantes agricultura y ganado.


                                           EDAD MEDIA / MUSULMANES
Llegan nuevos tiempos, a comienzo del siglo VIII y tras la batalla de Guadalete, los visigodos emprenden una frenética huida buscando refugio en el norte, el pueblo autóctono se adapta a las nuevas circunstancias con la esperanza de mejorar su calamitoso pasado, la plantación de frutales, vid, y olivares y los consiguientes sistemas de riego, a largo plazo dan bienestar a la comarca, que pronto se verá presa de las racias cristianas.
Coria seguía siendo el lugar estratégico más destacado de la comarca y por ella luchan moros y cristianos.
La perla del Alagón estaba dotada de un anillo de castillos a ambos lados del río y las cercana Sierras de Jalama, Gata y Altamira sembradas de plazas fuertes, algunas de las cuales siguen en pie dando fiel testimonio del devenir de los tiempos.

La comarca fue cambiando de dueños en alternancias temporales de moros y cristianos, tras el primitivo empuje musulmán que le lleva a dominar casi todo el territorio hispano, surgen los problemas internos con el consiguiente desplome de su potencial, provocando la inestabilidad de la zona que a grandes rasgos y siguiendo la cronología hispana (no exenta de errores) se verá afectada durante siglos.

Sobre el año 754 los beréberes son desplazados hacia el sur, por el Astur Alfonso I atrincherándose en Coria y Mérida, en la correría el monarca Astur llega a Coria sin conquistarla.
En 768 el Fatimí Shakaya al-Miknasi se subleva contra el emir y asola Coria y comarca, controlada por los beréberes.
Año 775 los beréberes entregan Coria al Fatimí, el Omeya Abd al-Rahman I (Abderramán I) la reconquista arrojando a los beréberes a las montañas, dos años mas tarde en complot con Abu Zabal beréber insurrecto, asesina al Fatimí y ocupa la región rebelde de Coria.
El año 860 Orduño I lanza una correría por la ruta Astorga, Zamora, Salamanca, Coria, apresando entre otros a Zeid ibn Kasin de Coria, un año más tarde los musulmanes recuperan Coria.
En el 997, Almanzor pasa por Coria camino de su campaña contra Santiago, (ya lo había hecho en anteriores campañas).
Año 1079, Alfonso VI de León ataca al Emir Eftásida de Badajoz Al-Mukakkil y le arrebata Coria. (Dado que este rey lo era también de castilla, pudo, no entrar por la transierra, y hacerlo por Toledo.)
1086 el 23 de octubre de dicho año se libra la batalla de Sagrajas, (al norte de Badajoz) en la que los Almorávides de Yusuf ibn Tasuf, derrotan a Alfonso VI, en el transcurso de la batalla Alfonso VI es herido en una pierna y se retira a Coria.(En algunas crónicas de afamados cronistas, se cita una batalla librada en 1106 denominada de Salatrices en la que se repiten las mismas circunstancias el rey leones, es herido en un muslo y derrotado se refugia en Coria, tal batalla no consta más que en determinadas citas de Sandoval y Dozy, con la posibilidad de que Coria estuviera ya en manos de musulmanas, aunque lo más probable es que se perdiera sobre 1109, con Urraca reinando en León, al menos hay constancia de que en 1109, desde la plaza de Coria, Yusuf ibn Tasuf conquista Talavera y Consuegra en su intento de tomar Toledo, en la misma campaña ataca Madrid, perdurando la acción como Campo del Moro.)
1142 Alfonso VII de León conquista Coria a los ya decadentes Almorávides, que se verán desplazados por los emergentes Almohades, la nueva potencia musulmana controlara la transierra leonesa sin dominar Coria, que no volverá a perderse.

En 1157 muere Alfonso VII de León dividiendo la herencia entre sus hijos, León para Fernando II y Castilla para Sancho III, un año más tarde en 1158 ambos hermanos firman el Tratado de Sahagun, en el que además de prestarse mutuo apoyo, incluía el reparto del suelo que se conquistase al-Ándalus y a Portugal, quedando los territorio separados por la ruta de la Plata. (Aunque fuera de vigor, en parte, el tratado se mantuvo hasta la definitiva unión de Castilla y león en 1230)

A pesar del tratado de Sahagun, Fernando II ve peligrar su avance hacia el sur, en 1166 el rey Leones Fernando II bajó a la Extremadura de su reino, establecida en tierras salmantinas, y desde Ciudad Rodrigo se adentra en la sierra de Gata por el puerto del Perosin, desde el que se dirige a conquistar Alcántara, tras el puerto divide su ejercito en dos, conquistando las plazas fuertes de la transierra, entre las mencionadas plazas se hallaban Almenarella, cuentan las crónicas que tras conquistar Almenarella, tomó a viva fuerza y tras sangrientos asaltos la plaza de Mascoras (Santibáñez el Alto) situada sobre un enriscado monte que domina Valdarrago, y la de Milana, en un repecho donde se junta el Árrago y la Rivera de Gata, y tras reunir su ejercito en Coria, marchó hacia Alcántara que fue conquistada un año mas tarde.

En 1171 Fernando II cede al Conde de Urgel Armengol, las plazas fuertes de Almenara y Santa Cruz, dicha cesión es conocida como donación de Almenarella, en la que se encontraba integro el que más tarde sería nuestro termino.

1174, en represalia a la belicosidad de Fernando II, el Almohade Abu Yaqub Yusuf, entró en campaña contra los leoneses, enviando desde Sevilla un poderoso ejercito capitaneado por Abu Hafs, que conquisto Cáceres y Alcántara, y llegó a sitiar Ciudad Rodrigo, defendido el propio rey, bien por tregua o por el agotamiento del ejercito Almohade, la incursión se salda solo con la perdida de Alcántara y Cáceres, volviendo a establecerse la frontera en el Tajo.

1184 Fernando II dona a la Iglesia de Coria y a su obispo, propiedades, derechos y privilegios, entre las propiedades se encontraban Coria, Milana, Ranconada, Alconetar y Cáceres, y a si vez confirmaba lo anteriormente dado por su padre Alfonso VII.

El mismo año de 1184 se promulga la Bula de Lucio III al obispo de Coria y sus sucesores, señalando los limites de su Iglesia y confirmando sus propiedades y privilegios. Los límites se establecían desde el mismo lugar en que está situada la Iglesia, a la cima del monte Jálama, y por la cima de estos hasta el de Puerto Muñoz, y por la de los que están delante de Caparra, según fluyen las aguas contra Coria. La bula incluía entre otros el derecho diocesano de Caparra y sus limites, iden en las Iglesias de Cáceres, Alconetar, Milana, Trebejo, Almenarella, Palomero, Rinconada y Atalaya Pelayo Vellido, así como el de Santa Cruz y todas sus Iglesias, la Aldea de Trasgas con su Iglesia Santa María y el hospital para sus vecinos y otras pertenencias suyas, la aldea de Ficulnea (Ahigal) y la villa de Ceclavin etc. etc. Dos años más tarde, en idénticos términos se pronunciaba la bula de Urbano III, con la inclusión de Granada, (más tarde Granadilla.)

1188, Fernando II dona a la Iglesia de Coria la Aldeanueva (hoy Villanueva de la Sierra) dotándola de un generoso deslinde que iba desde el nacimiento del Pedroso, hasta su caída en el Trasgas (Tralgas) y por la cima de la sierra de Santa Cruz (Dios Padre) hasta el alto del Monte Monrroy que esta frente al Colmenar de la Mata, por el lomo unido según cae al Trasgas bajo la Iglesia Antigua. El deslinde ocupaba toda la margen derecha de la cuenca del Trasgas y la izquierda, hasta el Pedroso, y se lleva a cavo, tras el despoblamiento de la aldea de Trasgas, la que dos años atrás figuraba en las bulas de Lucio III y la de Urbano III con Iglesia y hospital propios.

En 1191 se resuelve el pleito que por Valdarrago mantenían las diócesis de Coria y Ciudad Rodrigo, los mediadores (obispos de Salamanca y Plasencia) dan Robledillo y Descargamaria a Ciudad Rodrigo, y Cadalso, Puñoenrostro y Puñosa a Coria.

1196 tras la debacle de Alarcos, excepto Coria, se pierden las posesiones de la transierra a manos de los Almohades.


1212, al igual que su padre hizo en 1166, Alfonso IX de León, concentro tropas en Ciudad Rodrigo dispuesto a reconquistar Alcántara, el monarca  Leones contaba para tal campaña con la estimable ayuda de las Órdenes Militares establecidas en su reino, entre las que se encontraba la de San Julián del Pereiro, llegados al puerto del Perosin, dividió en dos sus fuerzas, unas atacaron Trebejo, Eljas y Salvaleón, (Valverde del Fresno) y las otras Almenara y Mascoras, (sobre Mascoras, Santibáñez el Alto, dice Torres Tapias, que a su vez lo toma del Padre Coria “está en un monte limpio de padrastos, con muralla foso y barbacana que lo hace casi inexpugnable”) conquistada la plaza de Mascoras Alfonso IX dejó marchar a los musulmanes que la defendieron, bajo la firme promesa de que se mezclaran por las aldeas del contorno (clara y evidente señal de que la zona estaba poblada) y tras reunir se ejercito tomo Milana y marcho a Coria, de allí por la margen derecha del Alagón bajó hacia Alcántara conquistando y liberando definitivamente del enemigo musulmán, más tarde conquisto Alcántara que fue cedida a los Calatravos. 


                                                                 CRISTIANOS
El curso de la historia nos ha guiado hasta 1212, fin de la etapa musulmana en la comarca, tras ella, se abría un horizonte en el que nuestro futuro término quedaba delimitado, dentro de una amplia demarcación que más tarde entre 1219 y 1227 se convertiría  en la prospera Encomienda de San Juan de Mascoras, (Santibáñez el Alto).

La mágica fecha de 1212, estrecha el cerco y nos conduce al umbral de los hechos, en los que determinados acontecimientos irán cambiando el decorado convirtiéndolo en escenario adverso, del que surgirá con fuerza un nuevo pueblo.

                  Acontecimientos que de algún modo guardan relación
                    directa o indirecta con la creación del Campo

Expulsado el Islamismo de manera definitiva de la zona de la transierra en 1212, el peligro real del lugar que nos ocupa fue el hereditario y las divisiones internas entre Órdenes, Iglesia y Señoríos.
Hasta entonces las diferentes demarcaciones territoriales habían sido moneda de cambio de los monarcas a las Ordenes Militares o vasallos feudales que con sus medios participaban en la reconquista de las tierras, estas solían perderse con suma facilidad y una vez reconquistadas cambiaban de mano con los consiguientes litigios que perjudicaban el desarrollo.
Con la conquista del castillo de Mascoras en 1212, Alfonso IX salda la deuda o promesa contraída con la Orden del Pereiro en 1209 por la cesión de unos terrenos en Raigadas que esta había cedido al monarca para que repoblase Castel Rodrigo.
El castillo de Mascoras es donado con todos sus términos en compensación por aquellos terrenos y porque el maestre y sus freires le acompañaban en aquellas jornadas de la conquista de Alcántara.
En la carta de donación no fueron expresados los nombres de los términos que delimitaban el alfoz, dando pie a los Templarios a reclamar Mascoras que anteriormente les había sido donada por Fernando II, sobre la cual decían tener derecho. El conflicto se resolvió a favor del Pereiro el 27 de Septiembre de 1220.


En 1227 se confirma la donación de Mascoras en los siguientes términos.

                                 DONACIÓN DE SAN JUAN DE MASCORAS
                                           (TRADUCCIÓN hecha por Minera)

Sea conocido por todos por este escrito que yo, Alfonso, Por la gracia de Dios rey de León y Galicia di en otro tiempo  al Señor Benito, maestro del Pereiro, San Juan de Mascoras con sus pertenencias y términos. Pero, como  en la carta de aquella donación no fueron expresados los nombres de los términos, por esto, doy y asigno, nombro y confirmo por esta carta a usted, Señor Pedro Arias, Maestro del  Pereiro y de Alcántara y a vuestros sucesores y al convento de Alcántara todos los términos del mismo San Juan de Mascoras, a saber:
Desde el lugar que llaman Mezquiella, en la cima del puerto que llaman Almazai, según va el camino a Coria hasta el río que llaman Árrago y después  al  Encinar Vellido y después a  las zahúrdas del Mazarrón y después al Toconal, según vierten las aguas al Vellotatem y a la Parra y después  al Guijo, conforme vierten las aguas a las Broceras y a la Figuera y al Pozolo con sus términos y divide a la Peña Pelai Sorrenda y después hasta la sierra de Santa Cruz y luego a Otero Demonio y a Valdecoria y por la cima del  espinazo del Can  según vierten las aguas hasta  San Juan entre Puñoenrostro y Buen Consejo y después a Robledillo Vellido  y según  va  a la cima de la sierra, conforme vierten las aguas contra San Juan de Mascoras, y por la cumbre  de la sierra del Pedrosin hasta  la Mezquitiella, según vierten las aguas unas contra la Ciudad y otras contra San Juan de Mascoras.
   Dada en Ciudad Rodrigo, octavo día de Enero era  milésima ducentésima sexagésima quinta. 1.265. (1.227 Año del Señor)

    Yo, Alfonso, Rey de León y Galicia alabo y confirmo esta donación en pago al remedio  de mi alma.

        Tras el deslinde Terminal de San Juan de Mascoras Enero de 1227, nuestro término limitaba por el sur con Tierras de Coria y el resto con las propias de la Orden de San Julián del Pereiro, (más tarde Alcántara) a la cual pertenecía.

El 24 de Septiembre de 1230, muere Alfonso IX de León, dejando como herederas testamentarias del reino, a sus hijas Dª Sancha y Dª Dulce, desheredando a su hijo Fernando que reinaba en Castilla como Fernando III, este reclama su derecho y amenaza con invadir el reino de León si no ve satisfecho su deseo, el hecho provoca dos bandos enfrentados quedando la Orden de Alcántara del lado Leones, el litigio se resolvió el 11 de Diciembre del mismo año en la concordia de Benavente, las infantas renunciaron al trono a cambio de una buena dote vitalicia, días más tarde las coronas de León y Castilla quedaron unidas definitivamente, con ello cesaron las iniciativas propias del reino de León, que sin perder el nombre, quedó para cuestiones meramente administrativas.

En 1233 se produce la primera concordia entre la Iglesia de Coria y la Orden de Alcántara, por un lado la Iglesia veía reducido su poder y mermadas sus arcas con la presencia de los Alcantarinos en su diócesis, y por otro la Orden no disfrutaba de ciertos privilegios con que contaba la Iglesia y se sentaron a negociar en Trujillo, en dicha concordia, amén  de los sustanciosos diezmos que la Iglesia percibiría, permitió a los Alcantarinos fundar Iglesias y levantar altares en su diócesis, tanto en los lugares ya fundados como en los que fundasen, exceptuando la villa de Ceclavin, la excepción se hacia porque Ceclavin era cámara episcopal y guardaron el decoro hacia el obispo.

El 2 de Mayo de 1261, la Iglesia de Coria y la Orden de Alcántara acuerdan intercambiar Aldeanueva (hoy Villanueva de la Sierra,) que estaba en su poder desde 1212, por Ceclavin que era recamara del obispado, (el verano en Ceclavin resultaba caluroso para la recreación veraniega del obispo y buscaron otro lugar más fresco como Aldeanueva, pasando esta a recamara y Ceclavin a Encomienda dependiente de Alcántara) el hecho conllevó la ruptura de los limites de la donación de San Juan de Mascoras, pasando nuestro término a delimitar por el norte con la Iglesia y por el sur con las mencionadas tierras de Coria.

                        Durante el siguiente periodo, aún en proceso, surge el Campo, el resultado final de su creación, no altera sus etapas posteriores, razón por la que se da un salto de unos 40 años, continuando con el Campo ya establecido. 

Entre el citado poblamiento de la Raíz y el Campo hubo un largo abismo plagado de sombras, que en ocasiones se ha  interpretado como falta de asentamientos. Si hay algo evidente que aflora por todo el término, es la huella de pequeños habitáculos, por doquier se avistan, pozos, fuentes y lagunas que evidencian la presencia del hombre en sus inmediaciones, así fue desde muy antiguo, por tanto no hubo tal falta, si no todo lo contrario, (de hecho hasta terciado el siglo XX, muchas familias residían o alternaban el núcleo urbano con estancias en casetas, chozos o tinados diseminados por todo nuestro territorio).
Como poblamiento, la Raíz encaja en el engranaje tardorromano del abandono del núcleo urbano (siglo III o IV) a favor de los villares, en torno a ella prosperaron pequeños casares, perceptibles en la Parra, la Isla, el Mosquil, la Granja y un largo etc. etc. desde los cuales se ejercía la ocupación del valle y planicie del Árrago, la carencia de poblaciones en el inmediato entorno propiciaba este tipo de asentamiento tras ellos surge en la zona una nueva aldea, tanto Licio III en su bula delimitando la Iglesia Cauriense, como el Padre Coria en su descripción de Extremadura, indican la existencia de la aldea de Trasgas, el Padre Coria testimonia su existencia en un indeterminado periodo del medievo, aún sin fecha definitiva, su creación ha de cifrase con la silla de Coria asentada tras se restablecimiento y dentro del reinado de Fernando II (1157-1188) que establece un nuevo eslabón a la cadena Valdarrago, Pozuelo, Ahigal, o Valdarrago, Pozuelo, Rinconada, como punto de ocupación aprovechable en futuras operaciones, tal surgimiento no conlleva cambio alguno en nuestro territorio que en torno a los asentamientos de la Raíz, ocupaban el espacio intermedio y anterior a la invasión musulmana, la bula muestra a la aldea de Trasgas perteneciendo a la Iglesia de Coria, con Iglesia y limites propios y con el Pedroso y Trasgas como límites por el sureste, posteriormente su territorio fue incorporado al concedido a la Aldeanueva que estaba sobre el Trasgas, (hoy Villanueva de la Sierra).

La ocupación musulmana no dejó huellas concretas sobre asentamientos en nuestro territorio, sí bien las diferentes ocupaciones, conquistas y reconquistas, y el interés creado por los beligerantes a lo largo y ancho de los 500 años de alternancia cristiano-musulmana, conducen a que el entorno no era un terreno despoblado, las bulas de Lucio III y Urbano III dan en las proximidades de nuestro suelo, al menos cuatro poblaciones con Iglesia y sus correspondientes pertenencias, Almenara, Santa Cruz, Rinconada y Trasgas, más la Iglesia  de Santa Maria del Árrago, ubicada en la zona de Valdarrago, (posiblemente en Robledillo) Pozuelo y Mascoras presentes en las donaciones de Almenarella y San Juan de Mascoras, Aldeanueva poblada en 1188, Cadalso, Puñosa, Puñoenrostro, Descargamaria, y Robledillo, son citados en el litigio que sobre ellos mantenían las diócesis de Coria y Ciudad Rodrigo. Sí a ello añadimos la real decisión de Alfonso IX de que los defensores de Mascoras se mezclasen en las aldeas cercanas, queda sobradamente demostrado que la ocupación del suelo la ejercían pequeños núcleos de pacíficos aldeanos, qué existía la convivencia y que tanto en la invasión Musulmana como tras ella, continuó la misma forma de aprovechamiento de suelo.

Tras la reconquista, llegado el momento de un agrupamiento para un mejor control y aprovechamiento de los recursos, lo lógico y razonable sería hallar un punto que reuniese las suficientes condiciones de habitabilidad, para lo cual el término contaba con lugares idóneos anteriormente poblados desde los cuales se domina la tierra más productiva, no en vano perdura el topónimo que nuestra pronunciación (La Ray) hace que no muestre su inequívoco significado, indicando que allí, en el valle del Árrago, está la Raíz y la base natural de este territorio.
No deja de ser cierto que por cuestiones supersticiosas o de otra índole, se ha rehuido a reedificar en sitios anteriormente poblados, de haber sido así, no hubiera supuesto el menor problema, no muy lejos de la Raíz hay un magnifico paraje que cumplía con creces las exigencias de la época, salpicada de culturas milenarias, se halla la Ermita de Nuestra Señora de Gracia, importante encrucijada de ancestrales caminos, extensa planicie de excelente visión, desde la que se alcanza a pie cualquier extremo del término en poco más de una hora, sin duda el mejor punto del término donde ubicar un asentamiento, a no ser que surgiera una poderosa razón para hallar un lugar más propicio a la situación del momento.

                                              CAUSAS

Sin duda que la hubo, en aquella época……..
CONTINUARÁ...