Publicaciones Aparecidas entre 1870-1879 Séptima Entrega
15 de Enero 1870: La
Discusión. Diario Democrático, Edición Madrid
Nº 393.
Nuestro estimado correligionario D. José
Maria Gil de Roda, nos dirige la siguiente carta, en que nos anuncia el triunfo
alcanzado por los republicanos, en las elecciones municipales de la Villa del
Campo y otros puntos y el que probablemente conseguirán en las próximas
elecciones de un Diputado a Cortes.
Villa del Campo 8 de Enero de
1870.
Sr. D. Bernardo García.
Mi apreciable correligionario en
Montehermoso, Guijo de Galisteo y aquí, hemos vencido en las elecciones por
gran mayoría. No se si en Hoyos y Aceituna habrá sucedido lo mismo. En el
primero de estos pueblos había temores de ser muy reñida la lucha.
Estamos activando los
preliminares para trabajar en las que tiene que haber para candidato a Cortes,
por incompatibilidad de Montemar, sí nos unimos y se dirigen bien las
elecciones contamos con probabilidades de triunfo, por estar fraccionado el
partido realista entre un tal La Calle de Plasencia, el Gobernador de Toledo
Sagasti, que es unionista y tiene su familia en Coria y un abogado de la Sierra
de Gata llamado Bacas.
Sé de buena tinta que algunos
de nuestros adversarios políticos, piensan dar su voto al candidato republicano
que se designe por todo el partido.
Queda suyo. S. S. Q. S. M. B.
José Maria Gil de Roda.
No dudamos en manera alguna que nuestros
correligionarios se pondrán de acuerdo para la elección de candidato después de
disentir ampliamente las condiciones de cuantos aspiren a obtener sus votos.
Nunca como en estos casos son necesarias la unión y armonía en los partidos.
26 de Mayo 1872: La Discusión.
Diario Democrático, Edición Madrid Nº1.100
—Nuestros apreciables correligionarios
de Villa del Campo (Cáceres), nos remiten la siguiente protesta que insertamos
con gusto, porque ella es una prueba más de los innumerables y escandalosos
abusos que el Gobierno ha cometido destituyendo corporaciones populares (se refiere a las corporaciones de Villa del
Campo Cáceres, Cantillana, Sevilla, y Constanti
Tarragona,) cuyo poder es el poder legitimo de la democracia, sólo porque
las ideas de estas corporaciones son distintas de las del Gobierno.
Esto es una arbitrariedad y
una ignominia.
He aquí el escrito á que nos referimos: «Este
pueblo ha visto sucederse con universal asombro tres corporaciones municipales
en el breve espacio de nueve días, hecho que no registrará ninguna provincia
espiando en su azarosa historia constitucional.
El día 9 del actual se recibió
una comunicación del gobernador civil de esta provincia de Cáceres en que se
destituía al Ayuntamiento elegido por el pueblo, nombrando en su lugar otro.
Este se constituyó anunciándolo al público, y el diputado ministerial de este
distrito, D. Julián Zugasti, escribió al alcalde á los pocos ellas ofreciéndole
su valimiento y protección , que sólo llegó hasta el 18 del mismo mes, en que
fue depuesto por otra nueva Orden, así como los demás concejales excepto, dos.
Estos Cambios sin motivo ni
causa alguna; estas órdenes y contraórdenes por puro capricho y lujo de mandar,
menospreciando leyes y respetos que merecen todas las poblaciones, cualquiera
que sea su importancia social, excede á todo lo que se ha hecho en los tiempos
del moderantismo más feroz, y aun creen los firmantes que ni en los de Fernando
VII se haría.
Los que esto manifiestan para
que llegue á conocimiento de todos los pueblos del partido de Coria, provincia
de Cáceres, y los demás de España, protestan del modo cómo se cumplen las leyes
y se fuerza á obedecer sus trasgresiones, rogando á V Sr. Director, que lo
inserte en las columnas de su distinguido periódico, por lo cual le anticipan
las gracias sus afectísimos amigos y correligionarios que le desean salud y República
federal.
Villa del Campo 20 de mayo de
1872.— Ramón Gutiérrez, Juan Gil,
Vicente Cunig, José Maria Gil de Roda, Sandalio Rodríguez Módenes,
Enrique Alegre, José Prieto, Matías Barquero. Franfisco Clemente, Juan Alcon
Gil, Agustín Escudero, Tomás Flores.»
17 de Junio 1871: La Humanidad, Periódico Semanal.
Eco de la Asociación Libre-Pensadora de Barcelona: Año II
Número 24
EL TEATRO CRISTIANO
Uno de los ensueños de mi vida cuando abrí los ojos de la razón
ante el espectáculo indescriptible que ofrecen las maravillas del universo y
las instituciones político-religiosas, fue el de que llegase un día en que se
descorriese el lúgubre y degradante antifaz con que cubre el clero su
abominable farsa, y apareciera completamente desnudo á las asustadizas
imaginaciones de los devotos que pasan el tiempo entre rezos, salmodias,
mortificaciones y otras prácticas impropias de la gravedad y circunspección que
deben presidir los actos humanos.
Viendo correr el tiempo inútilmente; víctimas el pensamiento
y la palabra de ominosas tiranías que cayeron á impulsos del vendaval
revolucionario, dudé ansiosamente muchas veces de ver llegar el día en que
saludara gozoso la aurora de nuestra resurrección social.
Afortunadamente ese día ha llegado...
Es cierto que no aparece diáfano y transparente, que oscuros
y densos nubarrones dejan escapar de sus medrosas profundidades frecuentes
llamaradas eléctricas, signos infalibles de próximas y seguras tempestades,
porque han salido fallidas las mas nobles y legítimas esperanzas; pero estamos
en el principio de ese día grande, magnífico y salvador, y podemos gritar
ebrios de placer: ¡Abajo la repugnante comedia religiosa! ¡Abajo el tráfico vil
é ignominioso de la razón y de la conciencia! ¡Guerra á muerte á todo culto!
¡Ah! ¡Escribo esto y la pluma se estremece de gozo entre mis
dedos! ¡Dudo que mis ojos, que mi corazón, que mi ser todo, haya visto y tocado
este inesperado día, porque mil veces creí morir antes de llegar á verlo!
Y lo veo, lo toco y lo siento: y dominado por su poderoso y
vivificante influjo, cojo enajenado la pluma y grito inundado de júbilo:
¡Guerra á muerte á todas las religiones! ¡Guerra á muerte á esa humillante y
oprobiosa farsa que hace del hombre una bestia, y lo convierte en ridículo
juguete de los embaucadores por excelencia, de los alquimistas clericales que
han sabido sacar de algunos cuentos monstruosos inagotables tesoros,
remontándose á los espacios de lo sorprendente y desconocido, con mengua de la
dignidad humana.
¡Y qué medios han excogitado para llegar á tan asombrosos
fines!
Su esfera de acción, su teatro ha sido igual en todos los
climas, en todas las naciones, en todas las razas.
El Bonzo, el Imán, el Rabino, el Eclesiástico y todos los
que dirigen ó enserian cualquiera religión ó culto, todos han recurrido á las mismas
ó análogas engañifas y ardides para esclavizar á los tontos.
Hay diferencia, es cierto, entre una pagoda, una, catedral,
una sinagoga y una mezquita; entre un altar druídico y un adoratorio mejicano;
pero dada la abdicación de las facultades mentales en servicio de una secta;
encadenando la razón y la conciencia al poste afrentoso de la fe, no se ve, no
se oye, ni se entiende más que lo que los intérpretes sibilíticos de Dios quieren
hacernos oír y entender.
Quizás no se cuente ninguna secta que haya sabido preparar y
construir su escenario con más habilidad y destreza que la cristiana; pues
desde la solitaria y agrieteada capilla de aldea hasta la soberbia y fastuosa
basílica que descuella en medio de rica y poblada ciudad, en todas se ve
dominar la astucia y el profundo conocimiento que han hecho del corazón humano
los mimados sucesores de Moisés, del varón insigne que hacia brotar relámpagos
de las alturas del Sinaí, y tuvo el raro y estupendo privilegió de seguir
hablando después de muerto. (1)
Ved esos magníficos y costosos monumentos, obras laboriosas
de siglos, en que se necesitaron el concurso de pueblos y generaciones para
darles cumplido remate. Paraos ante sus delicados dibujos, vastas y espléndidas
bóvedas, altas agujas y gigantescas torres embellecidas con los primores que
crearon los mas superiores ingenios y dotadas de medios poderosos de comunicación
que con vibrante tono hacen llevar á las muchedumbres sus dolores, sus
alegrías, sus congojas y la alarma y el sobresalto que precede á las
sangrientas conmociones que barren y cambian la faz de los pueblos: penetrad en
su anchuroso recinto decorado con pinturas, mármoles, jaspes, bronces y los
metales mas preciosos bellamente dispuestos y combinados: ved brillar en ricos
altares á los ídolos, ataviados con las galas que más inquietan y seducen á los
que se prosternan ante ellos, y ved una porción de hombres que se dicen
sagrados vestidos con lujosos trajes de hilo y seda, bordados de plata y oro
que se muestran al público haciendo visajes y contorsiones con gravedad
forzada, envolviéndose entre nubes de odorífero incienso que embalsaman la
atmósfera: Oíd los acordes acentos de numerosas y escogidas voces, y las notas
que débiles ó suaves, lentas ó pausadas, rápidas ó vigorosas, lanza al aire el
ostentoso órgano: reparad como pasado algún tiempo, callan de repente los
sonidos todos„ apagándose los últimos ecos en los apartados ángulos del espacioso
templo, para dejar oír la palabra de un ministro del culto que se dirige con
reposado continente á la tribuna religiosa profusamente engalanada: reparadlo
bien: examinad aquellos ojos fijos en tierra; aquella boca que apenas se atreve
á murmurar algunas ininteligibles frases y sus brazos descansando sobre el duro
y fuerte remate del círculo, que le rodea cuál si necesitase aquel sólido apoyo
para sostener los profundos y difíciles pensamientos que gravitan penosamente
sobré su inspirada cabeza: ved como cambia y se trasforma á medida que adelanta
en su peroración: ya el acento es más seguro y los movimientos pierden el
embarazo que al principio tenían: su cara se anima, sus brazos se mueven, sus
ojos brillan; y arrogante, altivo y ufano del alto puesto que ocupa; viendo mudos
y sumisos á sus pies á innumerables creyentes; se apodera del fuego divino que
cree arde en su calenturiento cerebro, y arrogándose el poder de un Dios,
fulmina los rayos de su cólera sobre la espantada multitud que gime y suspira
aterrada, creyendo ver abrirse la tierra y precipitarse en las horrorosas
llamas del infierno, ó que ruge pavoroso el trueno encima de sus execrables
cabezas, dignas en aquel instante de los mas terribles castigos; en tanto que
allá en sombrío y retirado confesionario abre el tímido penitente su corazón á
hipócrita y astuto sacerdote que le hace escuchar con pérfida malicia los
furibundos anatemas que arrancan del púlpito, para sumirle en el desolador
sendero del fanatismo y la superstición.
Impresionados los fieles con la variedad de sensaciones que
experimentan; arrobados en la contemplación de sus propias ideas, modificadas
por las arrebatadoras armonías de la música y del canto; por el centelleo de
las luces que hacen brillar mil objetos bruñidos por la mano del genio y las
caprichosas y perfumadas espirales de incienso que se elevan y extienden por
todas partes; subyugados los sentidos, voluptuosamente adormecida la razón y
excitadas hasta el éxtasis las facultades todas, se figuran ver en ese conjunto
bello y delicioso, la majestad del Dios que allí se muestra grande, terrible y
misterioso, y ofrece á sus atónitas miradas otras grandezas, portentos y
maravillas en las inmensas y dilatadas regiones celestiales que él llena con
refulgente gloria, y disfrutan millones y millones de espíritus
bienaventurados.
La función religiosa termina, y atravesando calles y plazas
los espectadores, se dirigen á sus descuidados hogares donde resumen y comentan
calurosos la comedia que acaban de ver, escuchándolos sus familias con devoción
y recogimiento sin atreverse al disentir de las apreciaciones piadosas que les
han imbuido los cómicos sagrados, fieles guardianes de la palabra y secretos
que alberga el omnipotente.
He aquí el espectáculo que se viene repitiendo por millares
de años en todos los ámbitos de la tierra con variantes en la forma, aunque no
en el fondo: he ahí la magia, el secreto y el encanto de esa institución
avasalladora, cuyo fin es enriquecerse á costa de la más repugnante
servidumbre, embruteciendo la razón y pisoteando la conciencia.
Villa del Campo 12 de Mayo de 1871. J. M. Gil de Roda.
Deuteronomio, Cap. XXXIV, versículos desde el 5, hasta el 12.
Es más que probable, que alguno haya caído en la cuenta que
este José Maria Gil de Roda, es el que con anterioridad que con anterioridad
habíamos visto en el blogs y sí quienes compraron el libro lo ha leído, habrán
comprobado que se trata del farmacéutico de los famosos Vejigatorios que
presentó en la revista el Restaurador Farmacéutico, sección Varia Nº 26 de
dicha revista, año 1867.
Dicho farmacéutico era un enfervorizado Republicano
Federalista, fue Alcalde de Villa del Campo, al menos, en 1869.
En la legislatura 1873-74 fue Diputado a Cortes por la Circunscripción
de Cáceres, distrito de Coria, en las Elecciones celebradas el 10 de Mayo de
1873, con un total de 2.980 votos de los 5,178 posibles, su Nº de credencial
fue 307 y ejerció desde el 6 de Junio de 1873 al 8 de Enero de 1874 y alcanzo
gran fama en la comarca, sobre su muerte oficialmente producida el 13 de
Febrero de 1895, corrió una leyenda urbana que dada su ideología Republicana y
anticlerical bien pudo ser verdad, unos diez-doce años de su muerte, una ley
obligo a los Ayuntamientos a disponer de un recinto cerrado y decente para
aquellos que de algún modo no murieran en gracia de Dios, es decir lo que se conoció
como Cementerio Civil, como parece obvio por este manifiesto y el posterior
Soneto, este señor ni podía ni querría ser enterrado en un cementerio Católico,
dada su acaudalada condición (son
notables las posesiones que se le conocían) es lógico que la familia lo
enterrara en un panteón, y es aquí donde arranca su leyenda.
El o la familia, encargo en panteón en el cementerio civil,
a unos albañiles de Pozuelo, debido a las condiciones metereológicas, el panteón
no se terminaba, y en aquel Febrero de 1895 la familia iba y venia a Pozuelo
con excesiva frecuencia metiendo prisa a los albañiles para que terminasen el panteón,
dichos albañiles no entendían que con la que caía, un panteón corriera tanta
prisa, el problema esta en que el señor Gil de Roda ya había fallecido y su
cuerpo olía cada vez más.
26 de agosto 1871: La Humanidad, Periódico Semanal.
Eco de la Asociación Libre-Pensadora de Barcelona: Año II
Número 34
SONETO.
La religión cristiana
es grande y santa:
siglos y siglos
cuenta de existencia,
y armada de ostentosa
omnipotencia,
en todas partes su
estandarte planta.
Su gloria, al
pavoroso Infierno espanta
y legiones de santos
su asistencia
la prestan con amable
complacencia,
y el cielo su poder,
su fuerza canta.
A sus decretos el mar
tempestuoso,
que ronco y fiero se
agita horripilante,
acata y obedece en
cualquier hora.
Y al mismo Dios, al
Todo-Poderoso,
Hace bajar de lo alto
en un instante
y le PARTE, le MASCA
y le devora.
Villa del Campo
Agosto 1871
J. M. Gil de Roda.
26 de Mayo 1872: La Discusión.
Diario Democrático, Edición Madrid Nº 1.100
—Nuestros apreciables correligionarios
de Villa del Campo (Cáceres), nos remiten la siguiente protesta que insertamos
con gusto, porque ella es una prueba más de los innumerables y escandalosos
abusos que el Gobierno ha cometido destituyendo corporaciones populares (se refiere a las corporaciones de Villa del
Campo Cáceres, Cantillana, Sevilla, Constanti Tarragona,) cuyo poder es el
poder legitimo de la democracia, sólo porque las ideas de estas corporaciones
son distintas de las del Gobierno.
Esto es una arbitrariedad y
una ignominia.
He aquí el escrito á que nos referimos: «Este
pueblo ha visto sucederse con universal asombro tres corporaciones municipales
en el breve espacio de nueve días, hecho que no registrará ninguna provincia
espiando en su azarosa historia constitucional.
El día 9 del actual se
recibió una comunicación del gobernador civil de esta provincia de Cáceres en
que se destituía al ayuntamiento elidido por el pueblo, nombrando en su lugar
otro. Este se constituyó anunciándolo al público, y el diputado ministerial de
este distrito, D. Julián Zugasti, escribió al alcalde á los pocos ellas
ofreciéndole su valimiento y protección , que sólo llegó hasta el 18 del mismo
mes, en que fue depuesto por otra nueva Orden, así como los demás concejales
excepto, dos.
Estos Cambios sin motivo ni
causa alguna; estas órdenes y contraórdenes por puro capricho y lujo de mandar,
menospreciando leyes y respetos que merecen todas las poblaciones, cualquiera
que sea su importancia social, excede á todo lo que se ha hecho en los tiempos
del moderantismo más feroz, y aun creen los firmantes que ni en los de Fernando
VII se haría.
Los que esto manifiestan para
que llegue á conocimiento de todos los pueblos del partido de Coria, provincia
de Cáceres, y los demás de España, protestan del modo cómo se cumplen las leyes
y se fuerza á obedecer sus trasgresiones, rogando á V Sr. Director, que lo inserte
en las columnas de su distinguido periódico, por lo cual le anticipan las
gracias sus afectísimos amigos y correligionarios que le desean salud y República
federal.
Villa del Campo 20 de mayo de
1872.— Ramón Gutiérrez, Juan Gil,
Vicente Cunig, José Maria Gil de Roda, Sandalio Rodríguez Módenes,
Enrique Alegre, José Prieto, Matías Barquero. Franfisco Clemente, Juan Alcon
Gil, Agustín Escudero, Tomás Flores.»
2 de Julio de 1872: La Discusión,
Diario Demócrata
Correo de Provincias
Extremadura. Sobre un suceso
de que ya hace tiempo tienen noticia nuestros lectores, se nos dan curiosos
detalles en la siguiente carta:
Sr. D. Bernardo García.
Villa del Campo 28 junio de
1872.
Mi estimado correligionario,
lo que aquí sucede con los carlistas es digno de que se sepa, para que se
aprecie la actitud que toman ciertos hombres en el desempeño de sus
obligaciones.
A poco de haberse internado
en Portugal la partida de carabineros y paisanos mandada por el teniente
Naranjo, aparece otra en las inmediaciones de Granadilla y la Zarza,
dirigiéndose hacia este pueblo de Villa del Campo, donde cuenta con al apoyo
del ayuntamiento, que es carlista, y cuantas personas le rodean, al fin, sin
duda, de reclutar alguna gente o de cometer algún atentado poco religioso y
moral con ayuda de los curas y sacristanes que cooperan en honra y gloria de
Dios á hacernos atravesar el dintel de las puertas celestiales.
Viendo que este alcalde no
tomaba disposiciones ningunas para proteger las vidas é intereses de estos
vecinos, los republicanos que aquí somos, nos dispusimos á la defensa y el
ataque, participando nuestra decisión á algunas autoridades para que adoptasen
las medidas oportunas. Tiene conocimiento la guardia civil de esta segunda
facción; y se dirige con fuerzas bastantes á los puntos donde parecía hallarse
el foco de ella; y pernoctando unos siete guardias en el pueblo de Santibáñez
el Bajo, del que es cara párroco D. José Hernández, oficial que fue en la
pasada guerra civil a las órdenes de Cabrera, son insultados y amenazados por los
vecinos de dicho pueblo, que se arrojan sobre ellos a gritos, con piedras,
palos e instrumentos cortantes; viéndose en la necesidad de herir á varios á la
bayoneta, y disparando sus armas.
Inútil fue a los bravos
guardias pedir auxilio al alcalde, cuando temieron que aquel populacho feroz
llevase adelante sus caritativas y piadosas intenciones. Todo estaba en reposo
y silencio y todos se excusaban contribuir a sofocar un motín que nada bueno prometía: Solo el
maestro de niños, don Valentín Barros, trató de amparar en su casa á los
valientes guardias que, delicados y pundonorosos, no quisieron parapetarse en
ella por las consecuencias que pudieran sobrevenirle, saliéndose denodados al
campo.
Con tan grave suceso, se
aproximaron á Santibáñez destacamentos de más guardias, y nosotros que veíamos
aquí otro centro de insurrección por las noticias que se nos daban
continuamente de seguir vagando la partida carlista en las cercanías y hallarse
en casa de una hermana suya en este punto, el cura del referido pueblo, de
quien se tenían vehementes sospechas de su connivencia con los facciosos y
hasta de haberles acompañado por indicios y pruebas que se habían sorprendido,
advirtiendo la creciente agitación, frecuentes reuniones, idas y venidas de
curas y afiliados en el carlismo; intentamos dar publicidad á tales hechos, para
que las autoridades civiles y militares vieran de poner coto á cualquier
proyecto subversivo que indudablemente se elaboraba por mediar muchas personas
en su confección y existir las causas ligeramente reseñadas.
Pero el señor juez de primera
instancia interino, criatura hecha y modelada bajo el benéfico soplo del
diputado Sr. Zugasti, á quien se le comunicó todo lo que ocurría; calló
primero, y después, cuando se le hizo conocer lo urgente de la cosa, se
contentó con dar excelentes consejos, muy buenos cuando no existen los motivos
que aquí hay para emplearlos tal como se previene.
Los jefes de unos treinta
guardias civiles que aquí se dirigieron, entraron en dos o tres casas, cogieron
una o dos escopetas, tomaron chocolate en amor y compañía del señor cura y otras
personas enjusdem furfuris, lleváronse algunos bagajes de republicanos en su
mayor parte, cuando los señores carlista estaban más al alcance de la mano del
alcalde por desempeñar este servicio, y sin despedirse del juez municipal, sin
hacerle el más pequeño ofrecimiento ni dirigirle la más mínima pregunta que
oliese á celo y deseo de cazar á los verdaderos creyentes, se fueron con su
gente otra vez de donde habían venido, enviando á los bagajeros á sus casas sin
retribuirles por estar en función de guerra según estos han dicho, y aquí paz y
después cualquier cosa.
Esta manera de perseguir a
los que se levantan en armas contra el gobierno, esta sorprendente actividad y
desusada energía que no permite á los jefes de la guardia civil destacar unos
cuantos hombres para apoyar á los que militan en las avanzadas de las ideas
protectoras del pueblo; ese calenturiento ardor que demuestran les autoridades
encargadas de sostener las instituciones vigentes abandonándolas á los
esfuerzos aislados de los buenos patricios, son digno, Señor director, de
tributarles las alabanzas merecidas y hacerlo saber al mayor numero posible de
ciudadanos, para que cada cual se eche sus cuentas en tales casos y defienda,
decidido como nosotros, los derechos individuales con la boca de excelentes
escopetas y seguros revolvers para no verse expuesto a que los manchen y
huellen oscuras y ominosas plantas.
Es de V. suyo S. S. Q .S .M .B. José Maria Gil de Roda.
5 de Marzo 1873: El Gobierno (El Gobierno Diario Político de la Mañana) Año II Número 77
Sr. ZUGASTI: ¿Sabe el señor ministro dé la Gobernación que en la provincia de Cáceres han sido destituidos algunos Ayuntamientos en el momento en que se proclamó la república, y a pesar de lo dispuesto en contrario por el Gobierno, continuar los nuevos Ayuntamientos negándose á obedecer al Poder Ejecutivo, dándose el ejemplo de que los, que han cometido esos actos son los que se llaman republicanos? En Galisteo el Ayuntamiento ha sido también destituido por la fuerza y separado el juez, municipal dé Villa del Campo y Pozuelo. ¿Está dispuesto el señor ministro de la Gobernación á telegrafiar al gobernador para: que haga cumplir la ley?
Mayo 1873 Acta de Diputado
Congreso
de los Diputados - Histórico de Diputados 1810-1977
Nombre: Gil de Roda, José
Maria
Elecciones: 31. Elecciones
10.5.1873
Legislatura: 1873-1874
Circunscripción: Cáceres
Distrito: Coria
Votantes: 5.178
Votos obtenidos: 2.980
Nº credencial: 307
Fecha de alta: 05/06/1873
Fecha de baja: 08/01/1874
Observaciones
Fecha de alta la de aprobación
del acta.
Signatura:
A.C.D. Serie documentación
Electoral: 74 nº 10
5 de Junio 1873: La
Discusión, Diario Democrático
Cortes Constituyentes
Extracto oficial de la sesión
celebrada el día 4 de Junio de 1873
Presidencia Interina del
Señor don José Maria Orense.
Abierta la sesión a las dos y
cuarto, y leída el acta de la anterior, dijo:
«El Sr. González Cherma,
deseo se haga constar que ayer presente
también cinco certificados referentes al acta de Nulos: y al mismo tiempo debo
manifestar que en el Diario de las sesiones he advertido que al final de la
sesión del día 1º se pone, que se dieron vivas á la República, Española y los
vivas que se dieron yo creo que fueron a la Republica Federal, y así pido que
conste.
El Sr. Secretario (López
Vázquez): Constará.
Sin más, quedó aprobada el
acta, previa la oportuna pregunta.
El Sr. Sánchez Villora. Por
encargo de un amigo, tengo el honor de presentar varios documentos referentes
al acta de Almansa.
El Sr. Tegerina: Presentó á
la mesa dos documentos referentes á la elección do Peñaranda de Bracamonte,
provincia de Salamanca.
El Sr. Riesco: Tengo el honor
de presentar á las Cortes varios documentos que prueban las inexactitudes
cometidas en la elección de Castropol, defectos que contiene el escrutinio
general y mal sentido en las redacciones de los documentos que vienen á comprobar
el acta presentada por el diputado electo, y ruego á la mesa los pase á la
comisión para que los tenga presentes antes de dar dictamen.
El Sr. Casalduero: Tengo el
honor de presentar algunos documentos relativos á la elección del distrito dé
Sarria, provincia de Lugo; y suplico al mismo tiempo á la comisión de actas se
sirva detener su dictamen respecto á este distrito hasta que lleguen otros
documentos que no han podido hallarse aquí todavía por efecto de la dificultad
de las comunicaciones en Galicia.
El Sr. Táillet: Tengo el
honor de presentar á la mesa una exposición y varios documentos que se,
refieren á las actas de Pontevedra, en los que constan los diversos abusos
electorales cometidos á favor de don Indalecio Armesto, con objeto de que la comisión
los tenga presentes al dar su dictamen.
El Sr., Pérez; Valeriano y Rubio:
Debo presentar á las Cortes varios documentos que tienen relación con el acta
del distrito do Almansa, de los cuales resulta que unos notarios que no veían
ni oían, y á las veinticuatro horas ya oían y veían; y además una nota para
forme parte de los documentos del acta,
de los cuales resulta que unos señores de Chinchilla han usurpado 61.000
fanegas de terreno, y esta es la causa de la influencia que tienen en, las
elecciones.
El Sr. Secretario (López
Vázquez): Todos estas documentos que se han presentado pasarán á la comisión de
actas.»
Pasaron á la comisión de
actas las credenciales presentadas por los señores don Tiroteo Alfaro, D.
Raimundo Fernández Villaverde, D. Buenaventura Abarzuza y D. Serafín Arenzana
Martínez.
A la misma comisión pasaron
una solicitud de D. Antonio Villalonga, acompañando un documento referido a las
actas de Ibiza; otra de D. Juan. Martínez, elector del distrito de Alharna,
manifestando que el diputado electo por aquel distrito carece de actitud legal;
y otra de D. Antonio Martín y Aguilar, entregada por el Sr. Villanueva, en
solicitud de que se suspenda la aprobación del acta del distrito de Toledo.
Se dio cuenta, y las Cortes;
quedaron enteradas, de que la comisión de Reglamento, se había constituido,
nombrando presidente al Sr. Torres y Gómez y secretario al Sr. La Rosa (D.
Adolfo).
El Sr. Pérez Valeriano y Rubio:
Desearía que se diera cuenta
á la Asamblea de mi dimisión del cargo de secretario de la misma.
El Sr. Secretario (Soler y
Plá): Debo decir que con acuerdo del mismo Sr. Pérez Rubio se ha suspendido el
dar cuenta de la comunicación a que se ha referido S. S.
El Sr. Pérez Rubio: El Sr.
Soler y Pla se equivoca. Se me exigía que así lo hiciera; pero he dicho que no
podía permitirlo, y que la mesa obrara como correspondiese.
Esto es lo que yo he
entendido, y lo cierto es que tengo gran interés en que la asamblea conozca los
motivos que me han impulsado á presentar la dimisión del cargo con que el congreso
me había favorecido.
El Sr. Presidente: Habíamos
convenido en que no se tratara dé este asunto hasta enterarnos nosotros
detenidamente de él; pero toda vez que ya se ha hablado, la mesa dará cuenta
cuando lo crea oportuno.
Orden del Día
Discusión del dictamen de la
comisión auxiliar y permanente de actas que quedaron sobre la mesa en la cesión
de ayer.
Leído el de la comisión
permanente, relativo a los individuos que componen la auxiliar, fue aprobado
sin debate alguno, quedando admitidos y proclamados diputados los Señores D.
Ángel Armentia, D. Eusebio Pascual y Casas, D. Salustio Víctor Alvarado y
Somoza, D. Eustaquio Sontos Manso, D.
Juan Manuel dé Paz, D. Guillermo Soller. y D. Martín Barrera.
Asimismo fue aprobado sin
debate alguno el dictamen de la comisión auxiliar, referente á las actas de los
señores diputados que componen la comisión permanente y quedaron admitidos y
proclamados diputa dos los Sres. D. Tomás de Andrés Montalvo. D. José Toribio
Plaza Claramente. D. José Tomás Salvany. D. Tomas de la Calzada Rodríguez. D.
Ramón Pérez Costales, D. Eleuterio Máisonnave Cutayár D. José González Alegre y
Álvarez.
Acto continuo se leyeron, y
quedaron sobre la mesa los dictámenes de la comisión auxiliar de actas que a
continuación se expresan:
Dictado presentado por la comisión de
actas
1 D. Francisco García López,
Latina Madrid.
(Sucesivamente va apareciendo
una lista de 346 diputados y en el numero 307 aparece José Maria Gil de Roda,
Coria (Cáceres)…
Se levanta la sesión.
Eran las tres.
5 de Marzo 1874: El Magisterio Español: Revista General de
la Enseñanza: Época 2ª Año VIII Número 377
Un colega de Cáceres amenaza al Ayuntamiento de Villa del
Campo con denunciar un abuso, si no paga á los Maestros al corriente y si no
los guarda las debidas consideraciones. Sentiríamos, dice, tener que poner de
manifiesto todo lo que puedo hacerse y no se hace en este pueblo, según las
noticias que so nos han comunicado. Parécenos quo no por eso cambiará la
situación de los Maestros del citado pueblo, como cambiarla si hubiera
suficiente energía en la autoridad.
17 julio 1874: La Correspondencia de España: Diario
Universal de Noticias: Año XXV Número 6072
Villa del Campo (Cáceres) 15. En este pueblo se han
celebrado con la mayor solemnidad unas honras fúnebres por el ilustre marqués
del Duero, las cuales han sido costeadas por suscrición del ayuntamiento, juez
y fiscal municipal.
1 de Mayo 1875: La Correspondencia de España: Diario
Universal de Noticias: Año XXV Número 6360.
A CABA DE LLEGAR, A ESTA CAPITAL, Cava baja, posada del
Dragón, cuarto núm. 35 un gran surtido de chorizos sin picante, morcillas y
lomos Extrémenos de Villa del Campo, provincia de Cáceres.
25 de Septiembre 1876: El Magisterio Español: Revista
General de la Enseñanza: Época 2ª Año X Número 561
Villa del Campo. J. B. Recibido su carta y libranza. Anotado
el pago.
25 de Diciembre 1876: El Magisterio Español: Revista General
de la Enseñanza: Época 2ª Año X Número 579.
Dentro de los años
comprendidos entre 1876-1879 aparecen varias notificaciones de este tipo en la
misma revista.
29 de Marzo 1879: El Pueblo Español: diario democrático de
la tarde: Época Segunda Año IV Número 328
La
reunión del Jueves
(El
jueves 27 de marzo se produjo una reunión en casa del Sr. Laureano Figueroa de
cuyos temas tratados se facilito un manifiesto a la prensa que decía).
A los
lectores demócratas
Al convocarse nuevas Cortes
suelen decir los ciudadanos lo que piensan y sienten acerca de los negocios de
la patria. Lo diríamos nosotros si no viviéramos bajo leyes que respetan la manifestación
de las ideas sólo en libros de doscientas páginas. A presentar embozadas
nuestras opiniones, preferimos callarlas; nos limitaremos á examinar si los
demócratas debernos o no acudir á las urnas.
Para luchar es indispensable
que haya condiciones de lucha. Sería evidentemente insensato que hombres
inermes se prestarán á combatir con ejércitos armados de todas armas; no
podrían hacer más que gastar sus fuerzas y aumentar las del enemigo
proporcionándole fáciles victorias.
Las armas de que aquí
disponen los gobiernos para las contiendas electorales las conocemos todos. Se
las puede contrarrestar sólo cuando libre la prensa, libres los partidos para
reunirse y asociarse, libres los candidatos para airear á sus electores y
hacerles tocar con el dedo los abusos del poder y los males de la patria, cabe
mover la opinión y levantar á los pueblos de la postración en que los sumen
tributos que todos los años aumentan, vejámenes que de día en día se agravan, y
crisis interminables que van incesantemente disminuyendo el trabajo en las
ciudades como en los campos. Aun así es insostenible la lucha, si á los muchos
electores que viven á la sombra ó bajo la dependencia del gobierno no es
posible oponer las masas de ciudadanos libres que tanto contribuyen á la vida y
la riqueza de las naciones.
Hoy, lo sabe el país, no son
electores sino ciertos contribuyentes. Los Jornaleros están por completo
excluidos de los comicios. Lo están aún los pequeños proletarios que no paguen
al año cien reales al Tesoro, y los industriales que no paguen doscientos. Son
todos aptos para servir en los ejércitos y pagar tributos en lo que consuman;
pero no digan á los ojos de los conservadores de intervenir en la elección de
los hombres que hayan de representar lo mismo sus intereses que los de sus
compatricios. Queda sin voto la inmensa mayoría de la nación, y con ella las
clases más ávidas de libertad y reformas.
Está, por otra parte, la
prensa bajo una ley tiránica. Se necesita de autorización para publicar
periódicos, y no se la obtiene si no se satisfacen mil reales por contribución
territorial ó dos mil por subsidio industrial ó de comercio. No se permite
discutir ni la religión del Estado, ni la forma de gobierno, ni la actual organización
de la propiedad y la familia, como si no enseñase la historia que todo ha sido
objeto de eterna discusión y de frecuentes y saludables mudanzas. No se
permite, y es más, decir nada qué á los ojos de las autoridades aliente esperanzas
en los enemigos de la paz pública. Suponer imposible la continuación o el ejercicio
del orden legal es ya un delito. Y caen los transgresores de la ley, no bajo el
jurado, sino bajo un tribunal cuyos individuos elige á su voluntad el gobierno.
Así vive la prensa estrecha y miserable vida.
En las luchas electorales es
aún más necesaria que el periódico la hoja suelta. Por las hojas principalmente
se despierta á los electores, se contesta á toda clase de cargos y se
desconciertan las cábalas y las intrigas de los enemigos. Son una de las
principales armas de combate. No se puede, sin embargo, publicarlas sin permiso
del Gobernador o del Alcalde; y Alcalde y Gobernador pueden negarlo sin que les
alcance responsabilidad de ningún género. De la negativa del alcalde cabe
apelar al Gobernador y de la del
gobernador al ministro; pero, cuando se resuelva la alzada, ¿de qué habrá de
servir las más de las veces el permiso?
No se hable de los derechos
de reunirse y asociarse. Escritos están, pero sin las leyes que, según la Constitución,
han de regular su ejercicio. Dependen del capricho del Gobierno, que puede
autorizar á no las reuniones, presidirlas ó hacerlas presidir por sus agentes,
respetarlas o disolverlas, obligadas á deliberar y resolver bajo su sombra y su
amenaza.
¿Qué importa que en la ley electoral
se haya aparentado hacer concesiones á las minorías? Universal el voto, podrían
ser eficaces; restringido, son inútiles. Tanto más inútiles, cuanto que está
todo combinado para hacerlas ilusorias.
Así las cosas, faltos
completamente de garantías, nosotros todos les que este manifiesto suscribimos
estamos por el más absoluto retraimiento: porque ningún demócrata vaya á las
urnas ni para votar siquiera á los que como defensores de nuestros dogmas se
presenten candidatos. Conviene que demos muestras de virilidad y de energía;
que se nos sepa dispuestos á no transigir con situaciones que se atreven á proscribir,
como ilegales, partidos que respetan las leyes, á mutilar derechos que, como inherentes
á nuestra personalidad, no senos puede arrebatar sin amenguarnos, á encerrar
dentro de doctrinas, formas y leyes qué no pueden ser eternas, el humano pensamiento.
No es posible transigir sobre derechos, sin los que son imposibles así el pacifico
progreso de los pueblos como la dignidad del hombre.
Se nos Cita por modelo la
vecina Francia; pero allí tienen las oposiciones garantías de que aquí carecen,
y allí el sufragio universal desde que se estableció, sobrevivido á todos los
gobiernos. Devuélvansenos las garantías y los derechos consignados en el título
1º de la Constitución de 1869 y exímasenos del juramento como lo hizo la revolución
de Septiembre, y concurriremos á los comicios. Mientras no hagamos en lo
posible el vacío, alrededor de los hombres que nos mandan. Tal fue la conducta
que contra nosotros siguieron los conservadores cuando todos los ciudadanos
gozaban del derecho electoral y de la libertad más amplia: lo que ellos
hicieron sin razón contra nosotros, hagámoslo nosotros contra ellos ya que nos
lo exige el decoro y nos lo consiente la justicia.
Madrid 28 de Marzo 1879.
Le sigue una larga lista de
ex-diputados que apoyan el manifiesto.
Entre los que estaba José
Maria Gil de Roda.
Le sigue una nota de la
editorial.
La reunión del partido
progresista democrático, ó de lo que pudiéramos llamar centro democrático,
reunión que ya conocen nuestros lectores en todos sus detalles, ha sido objeto
de la atención de la prensa, que la juzga y examina según el criterio especial
de cada periódico y las aspiraciones particulares de los distintos grupos
políticos. Esta especie de juicio, este proceso de la prensa periódica es de
suma importancia, porque, manifiesta, siquiera exteriormente y en sus efectos,
las tendencias y el sentido que dominaron en aquella reunión, y aun lo que
puede esperarse de aquel suceso…
Tres Días más tarde también
aparecía en el diario La Unión Demócrata y otros medios.
6 de Mayo 1879: El Constitucional: diario liberal: Época
Segunda Año XIV Número 3324
Nuevo Manifiesto, entre cuyos
apoyos o firmantes se encontraba José Maria Gil de Roda.
A los Electores Moderados-Históricos
Señores del comité moderado de...
La coalición electoral del
partido moderado, de legada de la junta directiva, ha de ser muy breve en la
carta que dirige a sus correligionarios políticos, porque así lo exigen de
consuno con los altos deberes que tiene que cumplir, la perentoriedad de las
circunstancias y hasta el escaso resultado que desgraciadamente se promete de
esta apresurada contienda, en que con más ventajas alguno, y muchas desventajas
los otros, van á entrar en lid parlamentaria todos nuestros bandos políticos.
El moderado se sacrifica hoy á sus deberes, porque partido de orden y de gobierno,
no puede dejar de asistir á las urnas electorales, siquiera considere, cómo
presente caso, que las armas son completamente
desiguales: La forzada situación que ha heredado este gobierno de su antecesor,
preparado ya hace tiempo para el combate con sus Ayuntamientos sus Diputaciones
Provinciales, censo Electoral y cuantos
más medios creía que eran menester para salir triunfante de las elecciones,
hace imposible que haya hoy igualdad, equidad y justicia en la lucha de los
partidos. No las hay ni aun para el mismo ministerio, que, proclamando franco,
libre y leal el combate, se ha de encontrar desarmado ante las fuerzas
organizadas del que le ha precedido. ¡Dios quiera que por este peligroso camino
no lleguemos á resultados poco lisonjeros!
En tal estado de cosas, el
partido moderado no lleva mas esperanzas que las que le inspiran el levantado
carácter del actual presidente del Consejo de ministros, y la franca legalidad
por éste tan noblemente proclamada. No en vano desde él principio del período
más glorioso del general Martínez Campos, viene acompañándole nuestro partido,
primero con su constante cooperación, sin vacilaciones ni dudas, y luego con su
admiración y su entusiasmo. De aquí nuestra confianza en las generosas palabras
del ilustre jefe del gabinete, que esperamos sean cumplimentadas por todos sus
compañeros…
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