En una de las habituales ferias de libros celebrada en Cáceres, encontré un libro de canciones populares Extremeñas en el que se hacia referencia al lugar de procedencia de la canción, no compre el libro, tan solo lo ojee, algo que repetidas veces he lamentado, eran los años setenta y el origen de las canciones me traía sin cuidado, entre las canciones atribuidas al Campo había un hermoso Villancico, basado en un pasaje evangélico un tanto tardío para Villancico, describe una noche en la que el niño se hallaba perdido camino del templo. Cierto que el Villancico está extendido por todo el país, y que los entendidos en la materia le darían poco crédito, no lo es menos que gran parte del folklore se extendió o nació con la trashumancia y el intercambio de culturas y por este pueblo desfilaron infinidad de Priores capaces de hacerlo, o bien llego a la comarca por medio de alguno de ellos. El Villancico no es otro que el conocido como “Madre en la puerta hay un niño”. Con el quiero felicitar a todos y cada uno de los Campusos y a quien sin serlo como tal se sienten y disfrutan de ello.
El Villancico es fiel reflejo Evangélico, no solo del pasaje si no de ejemplo de vida, muy echada en falta por la racana hospitalidad que ofrecemos y bastante adaptable a lo que fue el Campo, tal y como queda reflejado en su larga trayectoria.
Madre en la puerta
hay un Niño
más
hermoso que el sol bello,
y dice que tiene frió
porque el pobre viene en cueros.
Andá, dile que entre,
se calentará,
porque en este mundo
ya no hay caridad.
Entra el Niño y se calienta,
y después de calentado
le pregunta la patrona:
¿De qué patria o qué reinado?.
El niño responde:
Yo soy de Belén,
mi padre y mi
madre,
mi abuela también...
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ResponderEliminarSe ha eliminado una estrofa que era muy parecida, pero no correspondía a la versión Campusa de este tema, razón por la que se ha eliminado un comentario alusivo a la citada estrofa.
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