Vicios y Diversiones de los naturales de Villa del Campo entorno a finales del siglo XVIII.
En 1791 la recién creada Audiencia de Extremadura, con sede en Cáceres, mediante interrogatorio de 57 preguntas, solicitaba información precisa a cuantos pueblos la componían, el interrogatorio era doble, por un lado se preguntaba a los Ayuntamientos y por otro a los párrocos.
La
tercera de las preguntas del cuestionario, hacia mención al número de
habitantes, oficios y gremios, precios de los jornales, diversiones y vicios
comunes, de las diferentes localidades, etc.
Cada
detalle apuntado por el Ayuntamiento o párroco, merece un detallado estudio,
que quizás, algún día alguien, llegue a investigar, mientras eso ocurre, hay un
detalle que siempre me llamó mucho la atención y no supe interpretar, hace ya
más de 17 años que cayó en mis manos el interrogatorio de la Real Audiencia de
Extremadura; desde entonces una palabra que no me era común, relacionada con el
principal juego de naipes que se practicaba en Villa del Campo, iba y venia a
rondar mi cabeza, no pocas veces traté de hacer averiguaciones, pero nunca me
llevaban al origen del juego, ni a sus reglas, uno de los problemas con los que
me topaba, es que el juego buscado está escrito en el interrogatorio de manera
incorrecta a como generalmente se le conoce y describe, lo cual no significa
que no se llamase así, ya que en una determinada zona muy distante, se ha
encontrado el juego con el mismo nombre que en Villa del Campo, razón por la
que en zonas como la nuestra, vulgarmente, se conociera así.
Como
ya se ha indicado, en la tercera pregunta del citado interrogatorio de la Real
Audiencia de Extremadura, entre otras cosas se preguntaba por las diversiones y
vicios de los naturales de la localidad, a lo que el ilustrísimo Ayuntamiento de Villa del Campo,
encabezado por Francisco Gil Muñino, Baltasar Halcón y Mahtias Gordo
respondieron: “Las diversiones más
comunes en estos naturales es el juego de naipes en los festivos después de
haber salido de iglesia, el cual juego vulgarmente se llama rento y en que se atraviesa poco
interés, otros cazan y pescan en tiempos permitidos, y la gente moza forman
bailes públicos de pandero y tamborino según las circunstancias del tiempo; el
vicio que más extensión ha tomado es el de la murmuración;” da fe el escribano de Millones y del Ayuntamiento, Patricio Arias
Camisón; por su parte el Prior del Campo, Josef de Sotomayor como párroco,
ahonda en los mencionados temas diciendo: “No
hay otras diversiones entre los naturales de este pueblo que el juego de naipes
en los hombres y en las mujeres el baile de pandero y tamboril con gaita en
días clásicos; el vicio que noto publico en los vecinos de este pueblo es el
vino y lo peor de todo es el que como no se beba en la taberna no tiene gracia,
los primeros concurrentes a ella son los de la justicia, los maravedíes de las
multas y penas que estos ponen y exigen es de vino y se beben en concejo públicamente
y absolutamente se castigan jamás a los vinosos; este mal y en especial el de
quitar tales penas y multas de vino convendría remediarse y lo exige necesariamente”.
Por tanto tenemos a la población masculina, entregada al juego de naipes “Rentoy”, vulgarmente conocido aquí como Rento, (parece claro, que el amigo Prior se excedió un poco al calificarlo como única diversión, ya que al parecer, solo se practicaba Domingos y Festivos al salir de misa) el Rentoy, ahora con y griega, antiguamente con i latina, data de finales del siglo XVI, muy usado en la realeza y citado en obras de autores de Siglo de Oro español, como “La vida y hechos de Estebanillo González” y en las “Novelas ejemplares de Cervantes”, entre otros muchos; en algunos diccionarios de lengua Castellana antiguos, puede leerse la siguiente descripción del juego: “RENTOY. s. m. Juego de naipes que se juega de compañeros entre dos cuatro seis ya veces entre ocho personas. Se dan tres cartas á cada uno y después se descubre la inmediata la cual queda por muestra y según el palo que sale son los triunfos aquella mano. La malilla es el dos de todos palos y esta es la que gana a todas las demás cartas; solo cuando los que juegan ponen por superior al cuatro al cual llaman el borrego, la malilla se queda en segundo lugar, después el rey caballo, sota, as y así van siguiendo el siete y las demás hasta el tres, que es la mas inferior. Se juegan bazas como al hombre y se envida como al truque haciéndose señas los compañeros.”
El
tema es ampliamente tratado por Jean-Pier Étienvre, en “Márgenes literario del
Juego” en el que indica que el juego del
Rentoy merece un estudio aparte, que podría hacerse a partir de un corpus
lexicografito integrado por unas doscientas fichas y como avance, tras lamentar
que algunos autores no lo citen, expone que afortunadamente, el académico que
se encargo, en 1737, de redactar el articulo dedicado a esta palabra en el
diccionario que hoy conocemos y consideramos como de Autoridades nos deja una
buena explicación de las reglas de dicho juego, que viene a ser idéntico a las
ya expuestas.
Por consiguiente, tenemos al Rentoy definido como juego de compañeros, ya sean dos, cuatro, seis, o más, con la particularidad de que los compañeros pueden hacerse señas, que como es lógico, pueden variar de un sitio a otro, (algunas señas conocidas, levantar las cejas, guiñar ojo izquierdo o derecho, muecas a derecha o izquierda, morder el labio, tirar un beso, cerrar los, ojos y un largo etc.) el juego está muy arraigado en Sanlúcar de Barrameda, con variaciones en Conil y el Puerto de Santa Maria entre otros, como ya se ha dicho, las reglas de este juego, que data de 1598, fueron reconstruidas y completadas en 1737, cotejándolas con las de un juego modelo de 1704, y por supuesto como otros muchos, cruzo el charco.
El
29 de Julio de 2013 el diariopopular.com.ar. Periódico de gran tirada
argentino, publicó un articulo en el que especificaba el desarrollo del juego,
que puede tener variaciones de cómo se juega en España, el diario indica que
para jugarlo se usa la baraja española de cuarenta cartas y el objetivo es que uno
de los equipos gane al llegar a doce puntos.
Prosigue
el diario que al comienzo de cada ronda, los jugadores reciben tres cartas,
y a la inmediata se le da la vuelta. Al
igual que en España el palo de esta es el triunfo. Por lo demás viene a ser
igual que en España, salvo que en los palos que no son triunfos, el dos es la
carta más baja en lugar de la más alta y se cita una variante moderna que se
juega en Ávila, en la que el arrastre no solo fuerza a los jugadores a jugar
triunfos, sino que también los obliga a poner una carta más alta que las
previamente jugadas en la baza, si es que la tienen.
Sí
el primer jugador que hace una apuesta, eleva el valor de la mano a tres
puntos, el equipo contrario puede aceptar, aumentar la apuesta o irse. Si un
equipo acepta, tienen derecho a aumentar la apuesta otra vez más tarde y
prosigue con formulas demostrativas de puntuaciones y demás lances del juego.
El Rentoy está muy extendido por toda España e Hispanoamérica, con diversidad de modalidades que serian interesantes si se conocieran algunos de los rasgos de cómo se jugaba en nuestro pueblo.
Cabe
esperar, que tras este recordatorio de la antigua tradición del juego, alguien
recuerde algo y pueda ser recuperado.
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