lunes, 1 de abril de 2024

Versión Campusa de "Las Señas del Esposo" o "Estaba la Catalina"

Hacer participe, Transmitir, Difundir, Exponer, Distribuir, Poner en común, dar  lo que se tiene para disfrute de todos. En definitiva, Compartir, es lo que quiero hacer, en este día tan especial.

Tres hojitas de Aurel

Aunque solo sea en contadas ocasiones, el arduo trabajo de la investigación histórica y su redifusión te da pequeñas satisfacciones, que de algún modo compensan el tiempo invertido, en esta ocasión es la prestigiosa revista “Ritmo” la que al hacerse eco de la IX convocatoria del Concurso Internacional Amadeus de Composición Coral (CIACC) me llena de satisfacción, al ver el nombre de Villa del Campo asociado al popular romance “Estaba la Catalina” (téngase en cuenta que en lo referente a Extremadura el citado Romance suele ir ligado a Arroyo de la Luz), en esta ocasión el profesor y director del coro Amadeus de Puebla de la Calzada, Alonso Gómez Gallego, lo asocia con Arroyo de la Luz y Villa del Campo.

No deja de ser cierto, que al comienzo de los años 30, del pasado siglo, Kurt Schindler,  compositor Americano de origen alemán, realizó una grabación de este tema, en Arroyo de la Luz, y que años más tarde en 1952, el también americano Alan Lomax grabó el tema y posteriormente fue publicado en “The Spanish Recordings: Extremadura”.

Entre tanto el musicólogo placentino Manuel García Matos, realiza grabaciones y recoge datos por la alta Extremadura, de cuyo trabajo saldrán, “La Lírica Popular de la Alta Extremadura” y “El Cancionero de la Provincia de Cáceres”, en este ultimo, se incluyen cuatro versiones de “Estaba la Catalina”, “Las Señas del Esposo” o “Las Tres Hojitas de Laurel” (de las tres formas es conocido el romance) y es aquí donde la versión de Villa del Campo aparece íntegramente y por delante de las demás versiones, cuando García Matos, presenta la archiconocida versión de Arroyo de la Luz, lo hace como referencia “B” al tema 15, que es la versión de Villa del Campo, y en la nota “19” indica que sigue igual que la versión de Villa del Campo, y señala que a modo de estribillos interiores del romance, entre los versos se intercala y “¡viva el amor!” y “¡viva el andén!”. Posteriormente cita como “C” una versión de Descargamaria idéntica a la de Arroyo, para finalizar con la versión de Robledillo de Gata, citándola como “D” que es parecida a la de Villa del Campo.

Es de sobra conocido que las canciones coplas o romances, de tradición oral, no suelen ser de nadie, surgen de la voz popular, y como tal el viento las esparce aquí y allá, el pueblo las toma y adapta como suyas, y ya nadie sabe de donde vienen, ni adonde irán.

La carencia del sentido lógico suele ser habitual en canciones y romances  y en no pocas ocasiones la costumbre hace que apenas se noten o nos fijemos poco en ellas, la temática de las cuatro versiones, recogidas en el citado Cancionero de Cáceres, viene a ser la misma, pero con pequeños detalles que las hacen peculiares, en la primera versión, la Catalina está a la fresca, sentada en un verde Aurel, con los pies en la frescura, viendo las aguas correr, esto denota cierto sentido ya que el Laurel requiere frescura para crecer, la versión Arroyana sitúa a la Catalina sentadita en el andén, (según García Matos, ídem en la versión de Descargamaria) sin embargo en la versión de Robledillo de Gata, la acción se sitúa en el portal de la casa, y el nombre de la dama es Blanca, (esta versión viene a estar en consonancia con la esplendida interpretación de Acetre Folk Bilingüe https://www.youtube.com/watch?v=r_4CFIZKwcE  recogida en Olivenza, y muestra una vez más la riqueza del folklore, que ofrece versiones idénticas en localidades alejadas, obviando las más cercanas a su natural entorno) en ningún caso la Catalina se percata de la presencia del marido, no lo reconoce ni se extraña de que la llame por su nombre sin conocerla, ya que lo que esta en juego o se pone en valor, es la lealtad o fidelidad de Catalina, no es de extrañar que en ocasiones se sustituyan o añadan palabras sin sentido que busquen la rima, ya sea asonante o consonante.

En el segundo verso de la versión Arroyana que recoge García Matos, el andén remplaza al laurel, y se mantiene en los correspondientes estribillos,  tal vez sea una errata de Matos ya que tanto la versión que recoge Kurt Schindler en torno a 1930 como la recogida por Alan Lomax en 1952, en ese segundo estribillo se cita y ¿viva el laurel! sin que esta palabra se encuentre en el romance y carezca del sentido amoroso que tiene el primero.

En esta versión Campusa que destaca García Matos, muy armónica y compensada, se aprecian detalles personales, pequeñas pinceladas propias de la informante que imprime su sello personal, en esas voces tan particularmente Extremeñas que García Matos recalca, Faustina Sánchez Alonso, se mete en el personaje de Catalina, y dicta su propio estilo, no es Catalina quien dice Aurel, usté, lao, o casá, es ella la que habla imponiendo su propio estilo, demostrando que vivía y sentía el folklore. En dicha versión el Aurel es utilizado con doble sentido, primero como un lugar fresco y agradable, donde pacientemente espera Catalina y más tarde, entre las señas del esposo, aparecen las tres ramitas de Aurel, símbolo de buena suerte, el esposo regresa sano y salvo de la guerra y Catalina ha sido fiel.

Se desconoce porque Kart Schidler y Alan Lomax, no citan esta versión Campusa, sobre todo Alan Lomax, que en 1952 coincidió con García Matos en el Festival Folklórico de Palma de Mallorca, donde el americano grabó el ramillete de interpretaciones, las únicas en las que se puede escuchar al maestro placentino interpretar pindongos y paloteos, interpretados a flauta y madera ya que a falta de tamboril, el maestro golpea sobre una madera (posiblemente una mesa) y que produce esa extraña sensación de hacerlo sobre el aro del tambor.

Ante lo expuesto, sobran razones para defender los méritos de esta desconocida versión que merece ser citada y puesta en su justo valor.

                                         Estaba la Catalina o (Las Señas del Esposo)

Versión recogida en Villa del Campo por Manuel García Matos a Faustina Sánchez Alonso. Canción numero 15 del Cancionero Popular de la Provincia de Cáceres de Manuel García Matos, Melodía 33.

Estaba la Catalina
sentada en el verde aurel
con los pies en la frescura
viendo las aguas correr.
Pasó por allí un soldado,
un soldadito del rey.
- Dios te guarde, Catalina,
- Dios le guarde a usté también.
Oiga usté mi buen soldado,
que pregunta quiero hacer.
¿Ha visto a usté a mi marido,
que es soldado como usté?
- Si usted me diera las señas,
quizás le conoceré,
- Mi marido es alto y rubio,
alto y rubio como usté,
en el puño de la espada
lleva señas de marqués,
en el lao derecho lleva
todas las armas del rey,
y al otro ladito lleva
las tres hojitas de aurel.
- Ese soldado, señora
días ha que muerto es.
Yo me hallé en el testamento,
y en el entierro también,
y quedo en el testamento
que me case con usted.
- No lo quiera Dios del cielo
ni lo permita la ley
que mujer de mi linaje
se vuelva a casá otra vez,
una hija moza que tengo,
monja la pienso meter,
y un hijo mozo que tengo,
al rey se lo entregaré,
el padre murió en la guerra,
que muera el hijo también.
- Calla, calla, Catalina,
y mira y fíjate bien,
yo soy tu esposo amado
y tu eres mi esposa fiel.

                                                                                                               E, Moreno.

                                                                                                          Madrid 1 de Abril de 2024 

3 comentarios:

  1. Es un día tan especial porque hoy has cumplido 74 años, felicidades Emilio, que cumplas muchos más para seguir deleitándonos.

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    1. Sí era especial por eso y quería de manera disimulada quería dar algo sin esperar nada a cambio, y a fe que casi lo consigo, solo tu a falta de 4 minutos de que acabase el día, te percataste de ello, lo quería hacer con la ilusión de que alguien más sienta como suyo esas pequeñas cosas que aunque sean de todos, no dejan de ser muy nuestras.

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  2. Muchas gracias por tu tiempo y por la cantidad y calidad de la información que aportas sobre tu pueblo. Ángel (Valdeobispo).

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