El Ofertorio
(Al igual que las Candelas, vivo pero con
muchas dificultades)
Ofertorio en la plaza
Una de las fiestas más ancestrales celebradas en todo
tipo de cultura, son los ofertorios, todos suelen tener un mismo fin, el
agradecimiento a una divinidad por los bienes obtenidos, se suele decir que la
Iglesia Católica utilizó las fiestas paganas adaptándolas al cristianismo para
eliminarlas del calendario, puede que fuera así, pero si todas las culturas lo
hacen, no hay duda que se copiaron unas a otras.
Dentro
de los rituales de los ofertorios que conocemos y practicamos, podría haber
ciertos rasgos paganos, de hecho en algunos se manifiestan, ciertos indicios de
que podía ser así, entre los documentados con signos ancestrales, se encuentra
el de Portezuelo.
Dicho ofertorio se celebra el 15 de Agosto en honor a la Virgen del Rosario y se compone de dos partes, el primer ritual cristiano, de posibles matices paganos, con procesión y ofrendas y el segundo de connotaciones paganas, dentro de este último destaca el baile del “Tirurí”, tras las ofrendas del pueblo, la Virgen es devuelta al tempo y el vecindario retorna a la plaza, donde hay unos bancos para autoridades y clero, el pueblo se distribuye formando un amplio corro, se oye la flauta y tamboril que entona el “Tiruri,” al ponerse en pie el mayordomo se hace el silencio, y pronuncia "Que rompan el baile las casás". Salen dos parejas de casadas con sus maridos, bailan el “Tirurí” y se retiran, se vuelve a oír la voz del Mayordomo ordenando "Que bailen las Prioras el baile de la cera". Salen las Prioras con una engalanada vela encendida que sostienen en la mano mientras bailan, tras finalizar el baile que consta de repetir cuatro veces el motivo musical “Tirurí” se cantan las estrofas de la Charramanga, (las Prioras eran elegidas entre las jóvenes el día de las Candelas y podían ser dos o cuatro, en esta ceremonia se aprecia una cierta iniciación de la juventud, que portan la luz y representan la pureza) y finalmente el Mayordomo exclama “¡Que baile el pueblo¡” Y el pueblo entero se pone a bailar la tradicional danza que consideran aborigen.
Audio del baile del Tiruri, I Festival de Folklore Hispanoamericano, Cáceres, 2 de Junio de 1958. Ofertorio a Nuestra Señora del Rosario. Portezuelo. Interprete desconocido, atribuible a los Coros Extremeños de Plasencia.
Más próximo a nuestro circulo, en Guijo de Galisteo es muy celebre su Ofertorio, (localmente “Los Ofertorios”7 de Octubre o primer domingo de Octubre) que a duras penas se sigue celebrando, pero en un tiempo pasado fue una de sus fiestas más importantes, Manuel García Matos la define así en su “Lírica Popular de la Alta Extremadura”, (se han suprimidos algunos fragmentos indicativos a menciones ya explicadas por Matos, sin que afecte el contenido del relato).
“En
el pueblo de Guijo de Galisteo (el
Guijitu, como también dicen los lugareños de la comarca) adquiere algún
interés la costumbre festera que dedican a la Virgen del Rosario (7 de octubre).
En
la madrugada de tal día no falta la típica "alborá" de tamboril que
es habitual en toda fiesta. Más tarde es celebrada la solemne Misa de la
Virgen. Después, un grupo de mozos, llamados "los anderos" (porque son los que luego en la procesión
conducirán sobre andas la sagrada imagen), acompañados del tamborilero, que
va ejecutando un pasacalle
característico, se encaminan a la casa del mayordomo, en donde este les entrega
unas banastas y costales que han de servir, para recoger en ellos los dones en
frutos que han de lograrse entre la vecindad durante el acto de "La Maná".
Los
mozos "anderos" y las mozas "componeras" (las que componen y engalanan a la Virgen)
van solicitando del vecindario un voluntario donativo que, según costumbre,
suele ser compuesto de diversas frutas de las que en la época se producen. El
tamborilero ameniza el acto con una melodía muy peculiar, pues ella es como un
toque de llamada y atención que avisa a los vecinos bajen a entregar su don
para la Virgen. Las frutas recogidas en "La Maná” se establecen en un
puesto de venta que sitúan próximo a la iglesias adonde acuden los mozos a
comprarlas poco después para comerlas en el campo en unión de las mozas a
quienes previamente han invitado.
Después de la procesión, y situada la imagen de la Virgen en la puerta de la Iglesia, terminase el festejo con el baile "Ofertorio": mozos y mozas bailan al son del tamboril el típico "tiruri" (onomatopeya), que es coreográficamente una simple jotilla. Los que bailan han de depositar antes, en una bandeja, una ofrenda en metálico. El producto de este baile "Ofertorio", unido a lo recaudado en la venta de las frutas recogidas en "La Maná", sirven a sufragar los gastos de la fiesta”. Enlace a la jota del Tiruri, interpretada como antaño a gaita y tamboril por Javier Cobeña. https://youtu.be/I0BfpZzHKNI
Sobre
este festejo, García Matos recogió cinco característicos sones, que se interpretaban
en la mencionada fiesta, detalle que evidencia la importancia de la fiesta.
Maná para la Virgen del Rosario.
Tocata salida de la misa de la fiesta de la Virgen del Rosario.
Tocata para la procesión de la Virgen del Rosario.
Baile ofertorio a la Virgen del Rosario (Tálamo) o “Tiruri”.
Vistos algunos festejos bien documentados no deja de ser cierto, que los celebrados en Octubre, bajo la advocación de la Virgen del Rosario, tienen un claro objetivo religioso, que puede haber ido cambiando con el tiempo.
En 1569 mediante la bula "Consueverunt Romani Pontifices" el Papa Pío V estableció oficialmente la forma de rezar el Rosario, un par de años más tarde se estableció la Santa Liga que derrotaría a los turcos en la batalla de Lepanto, durante la preparación de la contienda el Papa rezaba el Rosario de manera intensiva y pidió a los soldados que lo rezasen antes de la batalla, el 7 de Octubre de 1571 se produjo la gran victoria cristiana que fue atribuida a la intercesión de la Santísima Virgen invocada en todas partes con el Rosario, (se dice que el propio Papa participaba en las procesiones que tras la victoria, se celebraban rezando el rosario) por este motivo se incluyo en la letanía "Auxilio de los cristianos", y se instituyó la fiesta de Nª Sª de la Victoria, el día 7 de Octubre, y más tarde pasó a llamarse Nª Sª del Rosario.
Momentos antes de la ofrenda
En Villa del Campo el Ofertorio se hace por la tarde, la Virgen del Rosario es llevada en procesión hasta la plaza, donde se le hace la ofrenda.
Bellezas Campusas en el Ofertorio, y que decir de los pañuelos, pendientes y collares
Dentro del ritual, quienes realizan la ofrenda, no participan en la
procesión inicial que va de la Iglesia a la Plaza, permanecen en sus casas y
con su propio sequito, formado por familiares, vecinos o amigos, parten a la Plaza
después de que la virgen haya llegado, contribuyendo así a una mayor vistosidad
y resplandor a la fiesta, es habitual, hacer dicha ofrenda, con las mejores
galas de los típicos trajes regionales y dentro de lo posible el acompañamiento
suele incluir música de flauta y tamboril.
Arte y tradición desde la cuna.
Como ya se ha dicho, la puesta en escena de esta festividad recaía en la Mayordomía de la Virgen del Rosario, a falta de Mayordomas, las jóvenes lugareñas que simbólicamente entran en quinta, se encargan de mantener viva la tradición, cuando no hay quintas se recurre al voluntariado para que aunque con escasa brillantez no desaparezca la fiesta.
Antiguo Ofertorio, con la presencia de niñas de comunión con trajes cortos. Destacar que la imagen que procesiona es la antigua Virgen del Rosario. El detalle de la imagen, hace a esta fotografía, la más antigua del Ofertorio.
Escenas del Ofertorio
Arte y tronío a raudales, se supone que en esa zona, es donde estaba la edificación, entorno a la que se creo el pueblo, no hay mejor forma de rendir tributo, que el salero con el que las Campusas pisan su suelo.
E.Moreno
No hay comentarios:
Publicar un comentario