martes, 11 de junio de 2024

El Ofertorio

                                                       El Ofertorio

(Al igual que las Candelas, vivo pero con muchas dificultades)


Ofertorio en la plaza


Una de las fiestas más ancestrales celebradas en todo tipo de cultura, son los ofertorios, todos suelen tener un mismo fin, el agradecimiento a una divinidad por los bienes obtenidos, se suele decir que la Iglesia Católica utilizó las fiestas paganas adaptándolas al cristianismo para eliminarlas del calendario, puede que fuera así, pero si todas las culturas lo hacen, no hay duda que se copiaron unas a otras.

Dentro de los rituales de los ofertorios que conocemos y practicamos, podría haber ciertos rasgos paganos, de hecho en algunos se manifiestan, ciertos indicios de que podía ser así, entre los documentados con signos ancestrales, se encuentra el de Portezuelo.

Dicho ofertorio se celebra el 15 de Agosto en honor a la Virgen del Rosario y se compone de dos partes, el primer ritual cristiano, de posibles matices paganos, con procesión y ofrendas y el segundo de connotaciones paganas, dentro de este último destaca el baile del “Tirurí”, tras las ofrendas del pueblo, la Virgen es devuelta al tempo y el vecindario retorna a la plaza, donde hay unos bancos para autoridades y clero, el pueblo se distribuye formando un amplio corro, se oye la flauta y tamboril que entona el “Tiruri,” al ponerse en pie el mayordomo se hace el silencio, y pronuncia "Que rompan el baile las casás". Salen dos parejas de casadas con sus maridos, bailan el “Tirurí” y se retiran, se vuelve a oír la voz del Mayordomo ordenando "Que bailen las Prioras el baile de la cera". Salen las Prioras con una engalanada vela encendida que sostienen en la mano mientras bailan, tras finalizar el baile que consta de repetir cuatro veces el motivo musical “Tirurí” se cantan las estrofas de la Charramanga, (las Prioras  eran elegidas entre las jóvenes el día de las Candelas y podían ser dos o cuatro, en esta ceremonia se aprecia una cierta iniciación de la juventud, que portan la luz y representan la pureza) y finalmente el Mayordomo exclama “¡Que baile el pueblo¡” Y el pueblo entero se pone a bailar la tradicional danza que consideran aborigen. 

Audio del baile del Tiruri, I Festival de Folklore Hispanoamericano, Cáceres, 2 de Junio de 1958. Ofertorio a Nuestra Señora del Rosario. Portezuelo. Interprete desconocido, atribuible a los Coros Extremeños de Plasencia.

Más próximo a nuestro circulo, en Guijo de Galisteo es muy celebre su  Ofertorio, (localmente “Los Ofertorios”7 de Octubre o primer domingo de Octubre) que a duras penas se sigue celebrando, pero en un tiempo pasado fue una de sus fiestas más importantes, Manuel García Matos la define así en su “Lírica Popular de la Alta Extremadura”, (se han suprimidos algunos fragmentos indicativos a menciones ya explicadas por Matos, sin que afecte el contenido del relato).

“En el pueblo de Guijo de Galisteo (el Guijitu, como también dicen los lugareños de la comarca) adquiere algún interés la costumbre festera que dedican a la Virgen del Rosario (7 de octubre).

En la madrugada de tal día no falta la típica "alborá" de tamboril que es habitual en toda fiesta. Más tarde es celebrada la solemne Misa de la Virgen. Después, un grupo de mozos, llamados "los anderos" (porque son los que luego en la procesión conducirán sobre andas la sagrada imagen), acompañados del tamborilero, que va ejecutando un pasacalle característico, se encaminan a la casa del mayordomo, en donde este les entrega unas banastas y costales que han de servir, para recoger en ellos los dones en frutos que han de lograrse entre la vecindad durante el acto de "La Maná".

Los mozos "anderos" y las mozas "componeras" (las que componen y engalanan a la Virgen) van solicitando del vecindario un voluntario donativo que, según costumbre, suele ser compuesto de diversas frutas de las que en la época se producen. El tamborilero ameniza el acto con una melodía muy peculiar, pues ella es como un toque de llamada y atención que avisa a los vecinos bajen a entregar su don para la Virgen. Las frutas recogidas en "La Maná” se establecen en un puesto de venta que sitúan próximo a la iglesias adonde acuden los mozos a comprarlas poco después para comerlas en el campo en unión de las mozas a quienes previamente han invitado.

Después de la procesión, y situada la imagen de la Virgen en la puerta de la Iglesia, terminase el festejo con el baile "Ofertorio": mozos y mozas bailan al son del tamboril el típico "tiruri" (onomatopeya), que es coreográficamente una simple jotilla. Los que bailan han de depositar antes, en una bandeja, una ofrenda en metálico. El producto de este baile "Ofertorio", unido a lo recaudado en la venta de las frutas recogidas en "La Maná", sirven a sufragar los gastos de la fiesta”. Enlace a la jota del Tiruri, interpretada como antaño a gaita y tamboril por Javier  Cobeña. https://youtu.be/I0BfpZzHKNI

Sobre este festejo, García Matos recogió cinco característicos sones, que se interpretaban en la mencionada fiesta, detalle que evidencia la importancia de la fiesta.

Pasacalle de la fiesta de la Virgen del Rosario.
Maná para la Virgen del Rosario.
Tocata salida de la misa de la fiesta de la Virgen del Rosario.
Tocata para la procesión de la Virgen del Rosario.
Baile ofertorio a la Virgen del Rosario (Tálamo) o “Tiruri”.

Vistos algunos festejos bien documentados no deja de ser cierto, que los celebrados en Octubre, bajo la advocación de la Virgen del Rosario, tienen un claro objetivo religioso, que puede haber ido cambiando con el tiempo.

En 1569 mediante la bula "Consueverunt Romani Pontifices" el Papa Pío V estableció oficialmente la forma de rezar el Rosario, un par de años más tarde se estableció la Santa Liga que derrotaría a los turcos en la batalla de Lepanto, durante la preparación de la contienda el Papa rezaba el Rosario de manera intensiva y pidió a los soldados que lo rezasen antes de la batalla, el 7 de Octubre de 1571 se produjo la gran victoria cristiana que fue atribuida a la intercesión de la Santísima Virgen invocada en todas partes con el Rosario, (se dice que el propio Papa participaba en las procesiones que tras la victoria, se celebraban rezando el rosario) por este motivo se incluyo en la letanía "Auxilio de los cristianos", y se instituyó la fiesta de Nª Sª de la Victoria, el día 7 de Octubre, y más tarde pasó a llamarse Nª Sª del Rosario.


Al igual que en otros pueblos agrícolas, el Ofertorio en Villa del Campo, se celebra el primer domingo de Octubre, fecha en la que los frutos ya están en las trojes y se preparan las tierras para una nueva cosecha, tratándose de un pueblo agrícola ganadero, era costumbre ofrecer grano, cada cual lo hacia según sus posibilidades, la gente llegaba a la plaza con una cuartilla de trigo, un celemín (en la propia medida de volumen) o con media fanega al hombro, y un sin fin de productos, en la ceremonia también participaban los niños y aun pueden verse en fotografías no muy lejanas a pequeños portando un saquito de trigo si era niño, y a niñas con bandejas de dulces, los dulces formaban y forman gran parte de las ofrendas, por lo general, los productos perecederos que se ofrecían eran subastados tras concluir el ofertorio y buena parte de ellos volvían a quienes los habían ofrecido, casi nadie quería que otro se llevase lo que el había elaborado y pujaba más alto con tal de llevárselo, llegándose a producir piques que aumentaban el precio por encima de su valor.

Momentos antes de la ofrenda

En Villa del Campo el Ofertorio se hace por la tarde, la Virgen del Rosario es llevada en procesión hasta la plaza, donde se le hace la ofrenda.

Bellezas Campusas en el Ofertorio, y que decir de los pañuelos, pendientes y collares

Dentro del ritual, quienes realizan la ofrenda, no participan en la procesión inicial que va de la Iglesia a la Plaza, permanecen en sus casas y con su propio sequito, formado por familiares, vecinos o amigos, parten a la Plaza después de que la virgen haya llegado, contribuyendo así a una mayor vistosidad y resplandor a la fiesta, es habitual, hacer dicha ofrenda, con las mejores galas de los típicos trajes regionales y dentro de lo posible el acompañamiento suele incluir música de flauta y tamboril.




                                     Arte y tradición desde la cuna.

 Como ya se ha dicho, la puesta en escena de esta festividad recaía en la  Mayordomía de la Virgen del Rosario, a falta de Mayordomas, las jóvenes lugareñas que simbólicamente entran en quinta, se encargan de mantener viva la tradición, cuando no hay quintas se recurre al voluntariado para que aunque con escasa brillantez no desaparezca la fiesta.































































































































































Antiguo Ofertorio, con la presencia de niñas de comunión con trajes cortos. Destacar que la imagen que procesiona  es la antigua Virgen del Rosario. El detalle de la imagen, hace a esta fotografía, la más antigua del Ofertorio.







































































Escenas del Ofertorio












Arte y tronío a raudales, se supone que en esa zona, es donde estaba la edificación, entorno a la que se creo el pueblo, no hay mejor forma de rendir tributo, que el salero con el que las Campusas pisan su suelo.

                                                                                                   E.Moreno