sábado, 31 de octubre de 2020
jueves, 20 de agosto de 2020
Nuevos datos sobre Frey Gonzalo de Valdivieso
Doble enterramiento, Gonzalo de Valdivieso y Pedro de Campo. Iglesia Parroquial de Villa del Campo |
- Valladolid, a 15 de Marzo de 1525. Cédula de Carlos V nombrando Subprior de Alcántara a Fray Gonzalo de Valdivieso. Ar. N. B. 3.349.
-
Valladolid, a 20
de Enero de 1527. Cédula de Carlos V nombrando Capellán de honor a Fray Gonzalo
de Valdivieso, religioso de la Orden de Alcántara. Ar. N. B. 3350.
-
Valladolid 1 de marzo de 1527. Provisión del
Subpriorato de Alcántara, vaco por nombramiento de Frey Juan de Sanabria como
Capellán de Su Majestad, a Frey Gonzalo de Valdivieso.
- Madrid 21 de Agosto de 1528.
Provisión para que el Subprior Frey Gonzalo de Valdivieso haga de Prior por
defunción (El
difunto Prior era Fr.
Sebastián de Figueroa). El 29 de noviembre del mismo año desde Toledo es nombrado Subprior,
Fr. Alonso Molano.
-
Toledo
22 de Enero de 1529 Cédulas
de C. V: nombrando Capellán de Honor á Fr. Gonzalo de Valdivieso, Religioso de
Alcántara: á Fr. Antonio Molano para que vaya á servir el Supriorato de
Alcántara:
Sacro Convento de San Benito, Alcántara. Orden de Alcántara |
Posteriormente en 1531, Frey Gonzalo de Valdivieso aparece
en otras dos Cedulas del propio Emperador, que a continuación se describen no
de manera literal, ya que seria muy largo y en partes son bastante repetitivas
por la forma de redactar los documentos de la época, pero con la suficiente
información que nos ayudan a conocer la magnitud de este hombre.
1ª Cédula
Carlos V se dirige como administrador de
la Orden de Alcántara al comendador del Castillo Nuevo de dicha Orden, Don
Diego de la Cueva haciéndole saber que como administrador que también lo es,
por autoridad apostólica de la Orden de Santiago, el Comendador de Reyna, de
dicha Orden de Santiago, Don Pedro de la Cueva, la ha expresado su voluntad y
deseo de dejar el habito de Santiago y tomar el de Alcántara por devoción que
tiene a San Benito y a dicha Orden, manifestando que el como administrador,
está de acuerdo y le da licencia para que pueda hacerlo, acatando los deseos de
Don Pedro y por los meritos y servicios que a el le ha hecho y espera le siga
haciendo, argumentando que la información que tiene de Don Pedro, concurre con
las cualidades contenidas en las definiciones de dicha Orden, por tanto le da
poder y facultad para que en su nombre y junto a otros comendadores puedan
armar y armen a Don Pedro de la Cueva como caballero de Alcántara, con todos
los actos y ceremonias acostumbradas, una vez armado caballero, comete y manda
a Fray Gonzalo de Valdivieso su Capellán, frayle de la dicha Orden, que le de
el habito y la insignia, con las debidas bendiciones, según las reglas de la
orden, y a Don Pedro de la Cueva que vaya a residir y resida en el convento de
dicha Orden, durante el año de su aprobación y manda con la presente al devoto
Padre Prior administrador del convento, que le tenga en el, durante ese tiempo
y que sesenta días antes de que se cumpla el año, le envié relación de los
meritos etc. etc.
Fechado en Bruselas el 7 de Julio de 1531
2ª Cédula
Carlos V se dirige a Don Pedro de la Cueva
y a los Comendadores y frailes de la Encomienda Mayor de Alcántara para
informarles que ante la vacante de Comendador Mayor de dicha Orden, por
fallecimiento de Don Charles Popeto, el, como administrador de dicha
Encomienda, ha decidido según su conciencia y por los suficientes meritos y
muchos y grandes servicios que le ha hecho y espera que le hará, nombra a su
Mayordomo Don Pedro de la Cueva, de la Orden de Alcántara, como nuevo
Comendador Mayor de dicha Orden, y da cumplido poder y comete sus veces a Fray
Gonzalo de Valdivieso su Capellán, fraile de la Orden de Alcántara para que en
su nombre y por su autoridad pueda conceder y conceda canónica Institución de
dicha Encomienda y dado que el Emperador está en Bruselas y no tiene en su
corte el sello de la orden, manda al dicho fraile Gonzalo de Valdivieso conceda
dicha Encomienda sin dificultarla, aunque no esté sellada la provisión,
contando que vos, Don Pedro de la Cueva, estáis obligado a sellarla con el
sello de dicha Orden, antes de tomar posesión.
Fechado en Bruselas el 24 de Julio de
1531.
-
“Se hace Capellán de Su Majestad a Frey Alonso Molano
por Frey Gonzalo de Valdivieso que es proveído del Beneficio Curado de
Santibáñez y que allí resida para que no reciba ya la paga de Capellán. Madrid
13 de noviembre de 1534” .
-
Barcelona 18 de abril de 1535. Frey Gonzalo de
Valdivieso visitó el Convento de Alcántara y era obligado dar cuenta de los
maravedís de la Enfermería y no las dio. Se obliga a dárselas al Prior.
-
Fallece en 1563.
-
Monzón de Aragón 30 de diciembre de 1563. “Provisión
del Priorazgo y beneficio de Santibáñez, vaco por defunción de Frey Gonzalo de
Valdivieso, a Frey Francisco de Trejo”.
Según
estos nuevos datos en 1524 tenemos a Frey Gonzalo de Valdivieso ocupando un
alto cargo del que se desprende un comportamiento
poco ejemplar. (Quien ocupa un cargo, no
solo ha de ser honrado, si no también parecerlo).
En
1525 es nombrando por Carlos V Subprior
del Sacro convento de Alcántara. (A
diferencia de otras Ordenes Militares la de Alcántara tenia el titulo o grado
de subprior).
El
20 de Enero de 1527, Valdivieso es nombrando Capellán de honor del Emperador de
Carlos V.
(Por cuestiones que se desconocen, en
algún momento de 1525-26 fue cesado del subpriorato, ocupando dicho puesto Frey
Juan de Sanabria, volviendo a ser nombrado como tal el 1 de Marzo de 1527).
Y
en 1528 se dicta una Real Provisión para que el Subprior Frey Gonzalo de
Valdivieso ejerza de Prior de Alcántara por defunción del titular. (La función o cargo de Prior de Alcántara, así como en
las demás Ordenes Militares, era equiparable a la de Obispo, usaban Mitra y
Báculo, salvo que estos no solían ordenar sacerdotes, dentro del organigrama de
Alcántara, el Prior del Sacro convento de San Benito de Alcántara era la
segunda máxima dignidad).
En
1531 ejerciendo su labor como Capellán de Honor de Carlos V, tras los actos acostumbrados, de la ceremonia de armar caballero de Alcántara a Don Pedro
de la Cueva, con las debidas bendiciones, según las reglas de la orden, Valdivieso
le da el hábito y la insignia al nuevo ilustre caballero.
Días
más tarde ante la vacante de la Encomienda Mayor de
Alcántara por fallecimiento de quien la poseía, saltándose todas las normas ya
que no cumplía los requeridos requisitos legales, según su conciencia, Carlos V
nombra Comendador Mayor de dicha Orden, a Don Pedro de la Cueva , y da cumplido
poder a Fray Gonzalo de Valdivieso su Capellán y fraile de la Orden de
Alcántara para que en su nombre y por su autoridad pueda conceder y conceda
canónica Institución de dicha Encomienda y dado que el está en Bruselas y no
tiene en su corte el sello de la orden, manda a Gonzalo de Valdivieso conceda
dicha Encomienda sin dificultarla, aunque no esté sellada la Real Provisión.
-
Madrid 13 de noviembre de 1534, Frey Gonzalo de
Valdivieso pierde la Capellanía de Su Majestad a favor de Frey Alonso Molano, a
cambio se le provee del Beneficio Curado
de Santibáñez, para que resida allí y no reciba ya la paga de Capellán.
Esta
Real Provisión nos da la fecha en la que Frey Gonzalo de Valdivieso llega al
Priorato de Santibáñez, Enero de 1535, (como
norma general los priores tomaban posesión de su cargo el uno de Enero), y
como es bien sabido, debido a que el Priorato tenia su hacienda en el Campo y
este reunía mayores comodidades que Santibáñez, el prior trasladó su casa al
Campo donde residió hasta su fallecimiento, denominándose Prior de Santibáñez y
rector del Campo, con el tiempo los priores llegaron a conocerse como priores
del Campo.
-
Barcelona 18 de abril de 1535. Frey Gonzalo de
Valdivieso visitó el Convento de Alcántara y era obligado dar cuenta de los
maravedís de la Enfermería y no las dio. Se obliga a dárselas al Prior.
-
Frey Gonzalo de Valdivieso fallece en 1563.
-
Monzón de Aragón 30 de diciembre de 1563. “Provisión
del Priorazgo y beneficio de Santibáñez, vaco por defunción de Frey Gonzalo de
Valdivieso, a Frey Francisco de Trejo”.
Boda de Felipe II con Maria Manuela de Portugal |
La presencia del venerable Valdivieso como prior de Santibáñez y su anexo el Campo en 1543, parece ser un signo positivo a la hora de que la más grande y majestuosa comitiva jamás creada, pasara por el Campo y pernoctara en el.
Corría
el año 1543 y el emperador Carlos V decide que es hora de casar al Príncipe de
Asturias que más tarde reinaría como Felipe II, para ello elige a su sobrina la
Princesa, Maria Manuela de Portugal, el Emperador tiene que partir a Europa y
no puede asistir al recibimiento ni a la velación previa a la consumación del
matrimonio, por lo que le pide a Don Juan Alonso de Guzmán, duque de Medina
Sidonia, y al Obispo de Cartagena Don Juan Martines de Silíceo, que fuesen a
recibir a la Princesa a la frontera Portuguesa y la acompañen hasta su velación
en Salamanca, y para no perderse detalle,
el Emperador le pide a un cronista, que le relate todo cuanto acontezca hasta
el fin de las ceremonias, la concentración de nobles, clérigos y demás
personajes ilustres, durante la duración de la comitiva, fue tan alta que solo
en la mesa del Obispo llegó a tener 70 comensales, repartiéndose más de 700 raciones cada día, entre pajes, reposteros, escuderos,
criados, lacayos y cabalgaduras, una mezcla de intereses personales y
circunstanciales, propició que la real comitiva tomara un camino diferente para
el regreso, y esto beneficio al Campo, tal y como aparece en el libro y blog de
Villa del Campo, si a ello le añadimos la presencia del prior, conocido por
gran parte de quienes formaban la comitiva, no había otro lugar mejor donde
pernoctar que en el Campo.
Otra cuestión de vital importancia es sin duda la relación de
Pedro de Campo, (en ocasiones aparece
como Pedro de Campos debido a que en la inscripción sepulcral aparece como
Pedro de Campos y en el catálogo
de pasajeros a Indias, consta como Pedro de Campo) con el prior Valdivieso, no es muy normal
que dos personas fallecidas en diferentes fechas, sin que les unan lazos
sanguíneos ni conyugales, sean enterrados en un mismo sepulcro, (como es bien sabido Pedro de Campo y
Gonzalo de Valdivieso, por expreso deseo del primero, fueron enterrados en el
mismo sepulcro mural en nicho de la Iglesia de Villa del Campo).
Hasta la aparición de estos nuevos datos sobre Gonzalo de
Valdivieso, se desconocía tanto la fecha de llegada al Campo como la de su
posterior fallecimiento, razón por la que se suponía que Pedro de Campo
conocería a Valdivieso tras su regreso de Indias, pero estos datos dan un
vuelco total a la supuesta situación, ya que en el catálogo de pasajeros a Indias, consta que uno de los pasajeros que
embarca el día 8 de julio de 1551 rumbo a la Isla de la Española, lo hace como
Pedro de Campo y Frey Gonzalo de Valdivieso fallece en 1563 y a todas luces los
doce años de diferencia entre la partida de Pedro y la muerte de Valdivieso, no
dan para crear la fortuna que Pedro amasó en América, establecerse en Sevilla y
conocer e intimar con Valdivieso, en cambio la diferencia entre la llegada de
Valdivieso y la partida a América de Pedro, sí da para que se creen lazos de
amistad entre Lucas Izquierdo y María Halcón, padres de Pedro, con el prior
Valdivieso, o bien entre el propio Valdivieso y Pedro de Campo, razón por la
que antes de que Pedro partiera a Indias ya existían lazos de verdadera amistad
entre ambos personajes.
Pedro
de Campo regreso con una copiosa fortuna, se estableció en Sevilla donde
falleció en 1593, por mandato propio, sus restos fueron trasladados hasta la
Parroquia de la Villa del Campo, y fueron depositados en el sepulcro que el
había costeado en dicha Iglesia Parroquial disponiendo además que en la misma
urna, con sus huesos se depositasen los del Prior que en aquel tiempo residía
en esta villa, en su última voluntad dejó una capellanía fundada dicha Villa y
otras donaciones, mandas y legado, según constaba en su testamento y codicilo.
viernes, 10 de julio de 2020
El Pantalón Bombacho
El Pantalón
Bombacho en las Expediciones de la Hispanic Society Of América de la alta
Extremadura
Dentro del incomparable
marco, que rodea la Indumentaria Tradicional Extremeña, copada ahora por un
definido patrón, que escasamente, deja entrever, más allá de su majestuosa
riqueza, hay otros atuendos que brillan con luz propia, tal es el caso del
atavío de Cabezavellosa, que tanto individual, como en su conjunto, merecen un
destacado lugar en el ámbito regional. Así debió entenderlo Ruth Matilda Anderson,
cuando en 1949 junto a Francis Spaldin y Manuel, aflamencado pacense, conductor
del viejo Buick de 1928, que alquilaron para desplazarse en aquel viaje,
decidió ascender a aquel remoto lugar, con la sana intención de encontrar los
modelos que posaron para García Matos en la “Lírica Popular de la Alta
Extremadura”. Con el citado libro en la mano a modo de credencial se
presentaron en el Ayuntamiento de Cabezavellosa, donde tras las presentaciones
de la sorprendente y asombrosa visita, fueron atendidos por el alcalde y
Secretario, tras examinar escrupulosamente el libro, no fueron capaces de
determinar que paisanos aparecían en la ilustración, dando a entender que
podían ser forasteros, eso sí, aseguraron que los trajes se encontraban en
muchas arcas de Cabezavellosa y que podían ser sacados a la luz.
Pareja con el vestido de gala de Cabezavellosa, tal y como apareció en la Lírica Popular de la Alta Extremadura, de García Matos |
Obviamente
el siguiente paso era encontrar a alguien que pudiese reunir las prendas y
buscar modelos que las lucieran, algo que siempre recaía en alguna mujer de
cierta edad, y como era habitual quienes colaboraban recibían una cierta
remuneración. Para tal fin el Alcalde mandó llamar a una mujer, que tras
observar la ilustración indicó que el traje del hombre podría ser el de su
hijo, al instante se le saltaron las lágrimas y
se negó a ofrecerlo ya que su hijo había muerto hacía sólo un año y
medio y no podía consentir que nadie las luciera estando el muerto. El alcalde
insistió en la seriedad del propósito y que él sería responsable de la dignidad
de la ropa, poniéndosela él mismo. La mujer accedió a prestarlo y se encargó de
encontrar trajes femeninos. Rápidamente fue apareciendo la ropa y modelos que
la lucirían. Tras describir las inacabables bondades del atuendo femenino entre
el que se encontraban unos peculiares manteos que calificó como los únicos que habían
visto en Extremadura.
“En la falda de Lucía (Fig.71) y en la
de Victoria, vimos nuestros primeros, y de hecho únicos, ejemplos en
Extremadura del manteo, que,
además de ser cortado en círculo, tiene la peculiaridad de estar acabado sin
costura posterior, los bordes traseros lapeados para su cierre. Llamado mantelo en Galicia, la falda existe
también en las regiones de León y Castilla la Vieja. El de Lucía, que según
ella era tan antiguo como su mantón, estaba hecho de tela roja, con un acabado
plano y liso en la cintura y adornado con un borde aplicado de tela negra
cortada en un diseño de claveles de tallo rígido y margaritas que brotaban de
un tallo en zigzag. La parte trasera izquierda que se superponía a la derecha
mostraba el motivo principal, un jarrón de dos asas del que salían una
margarita y dos claveles. Cerca de cada uno de estos últimos flotaba un pájaro,
un motivo muy apreciado en la costura segoviana y salmantina. Sobre el
dobladillo, cortado en pequeñas vieiras y atado con seda azul, pasaba una cinta
de terciopelo negro bordeada en cada borde con una cremallera de seda amarilla;
la falda estaba recubierta de calicó negro con figuras verdes y amarillas. La
forma de esta falda parece haber sido prestada de la provincia de Salamanca,
hasta el borde festoneado que, sin embargo, se utiliza también en Ávila y
Zamora”.
Manteo de Cabezavellosa (Cáceres)
Matilda
Anderson prosigue en su “Spanish Costume Extremadura” describiendo y alabando
las excepcionales prendas masculinas del citado atuendo de Cabezavellosa,
indicando que los pantalones de paño negro se conocían como pantalones anchos (pantalón
bombacho) debido a que sus puños de rodilla, estaban elaborados en forma de
campana, y que al igual que el calzón y la calzona, estos
calzones se hacían con un frente de caída abrochado en el medio, sobre el botón
de la cintura inferior y que ciertos detalles, podían haber sido adaptaciones
castellano-leonesas, a su ved el párroco, un experto en indumentaria, les había
indicado que el traje había sido característicos también, de Jarilla y Oliva,
ambos cerca de la carretera de Salamanca.
Tras la larga
exposición, Matilda Anderson indica en su libro, que el siguiente mejor
ejemplo, del pantalón bombacho de
tamaño natural, de hecho el único que había localizado en Extremadura, salió a
la luz en Pozuelo.
(Indicar que Matilda visita Cabezavellosa en 1949, mientras que
el pantalón de Pozuelo lo había localizado 31 años atrás, en su viaje de 1928).
Al igual que el
manteo, cuesta pensar que una prenda de las características del pantalón bombacho, frecuente en el
entorno de Pozuelo, en el que fue hallada, pasara tan desapercibida, quizás la
Hispanic Society Of América, no calculo bien el espacio a rastrear o algo falló
en su metódico sistema, que dejó sin cubrir una amplia zona fronteriza con
Salamanca, donde la influencia charra amplió y enriqueció su tradicional
indumentaria.
Vista parcial del pantalón
bombacho de Villa del Campo, (Cáceres)
|
El porqué, Ruth Matilda llego hasta Pozuelo y no pasó de el, es algo que hoy por hoy desconocemos, lo cierto es que antes de iniciar los viajes, se planificaban meticulosamente, buscando fiestas y tradiciones locales, que en ocasiones conllevaba visitar un pueblo en más de una ocasión, primordialmente la Hispanic Society Of América, quería construir una crónica visual de España y para ello contrato a grandes fotógrafos, como es de suponer estos no fotografiaron grandes edificios, sino la naturalidad de un mundo tan distante, oficios tradicionales, costumbres, pequeños detalles de la vida cotidiana, que sin remedio se estaban perdiendo, acarrear agua, hacer pan, exprimir las uvas para sacar vino, elaborar aceite, curar jamones, cuidar ovejas y cerdos, la cocción de cerámica, la forja de objetos de metal, elaborar utensilios con metodología tradicional, moradas de artesanos, de familias acomodadas, de labradores, solteras, o pobres de solemnidad, todo ello sin salir de su entorno natural, donde los personajes se desenvolvían con absoluta normalidad. Las fotografías suelen agilizar la memoria, y en general sus fotografías, ofrecen un registro enigmático y sugerente con imágenes de gran viveza, algo así como acariciar lo más profundo de sus sentimientos.
La
expedición de 1927-28 comenzó en Galicia, Ruth Matilda Anderson llego a Galicia
el 29 de Diciembre de 1929, aunque no se le conoce actividad hasta el 7 de
Enero de 1928, que se encontraba en Vigo, de Vigo pasó a León recorriendo
varias localidades de esta provincia, así como otras de Zamora y Salamanca, el
20 de Enero llego a la comarca de las Batuecas, hospedándose en una posada del
arruinado monasterio de las Batuecas regentada por un antiguo ex-monje de dicho
monasterio, desde allí se acercó a las Mestas, y volvió a Salamanca visitando
la Alberca y Puerto de Bejar, el 24 de Enero llegó a Baños de Montemayor,
Aldeanueva del Camino y Plasencia, donde estableció su cuartel general de la alta
Extremadura. La expedición por tierras Extremeñas, fue bautizada por Frances
Spaldin, como “Expedición Etnográfica a Extremadura”, E.E.E.
Desde
Plasencia hicieron varias incursiones por los pueblos de la comarca, la primera
a Malpartida, como ya se ha dicho, adaptándose a los calendarios festivos, a
fin de cubrir el mayor número de eventos posibles, así ante la proximidad de la
Candelaria, (muy celebrada en aquella época) el 1 de Febrero se dirigen a
Montehermoso, el trayecto lo realizan en coche, (un Ford que bien pudo ser el
mismo que años atrás utilizaron para andar por Galicia, al que bautizaron como
“Nuestra Señora” ya que dicho coche aparece en algunas fotografías con la misma
caja de madera adaptada a el, en la que guardaban el material y que fue diseñada
por Frances Spaldin y en comentarios sobre las Hurdes, da a entender que el
coche se quedó en Palomero) por carreteras en construcción que no contaban con
puentes, el Jerte lo cruzaron en una barca de cable, no es que hubiera muchos
coches en el contorno, pero aquella barca estaba adaptada a ellos, a pesar de
la fecha no debía de llevar mucho agua, ya que en las notas de las fotografías
que realizó, en una describe a mujeres vadeando el río, y en otra indica que
los pueblos de la otra orillas de los ríos Jerte y Alagón, quedan incomunicados
con Plasencia cuando llueve durante largo tiempo. No hay puentes, la corriente
se hace demasiado profunda y rápida para los caballos, y los hombres no se
atreven a intentar el paso en barca.
Salvado
el Jerte, aun les quedaba un gran escollo que salvar, el Alagón, las
características de la barca de Montehermoso para cruzar el Alagón, no se
adaptaba a trasbordar el automóvil y lo dejaron en Carcaboso, allí alquilaron caballerías
y prosiguieron sobre ellas, cruzaron el Alagón en la barca de Montehermoso
ubicada en el paraje conocido como vado del Galapagar y continuaron hasta
Montehermoso, como solía ser habitual, se informaba de pequeños detalles y en
esta ocasión especifica que la barca la mantenía el pueblo, cuyos vecinos
podían hacer uso de ella sin pagar, el resto abonaba un real por cabeza, a
pesar de que Matilda y su compañera tuvieron que cruzar varias veces el río por
esta barca, en los textos, no se vuelve ha hacer mención de ella, y es más que
probable que en el segundo viaje a Montehermoso en 1949 también cruzaran el río
en barca, aunque en este viaje traían coche y conductor alquilado y el ya
mencionado Manuel conductor del viejo Buick, aparece en un suceso acaecido en la cafetería de
Eulogio Iglesias, (en la zona conocido
como Campana) en el que un pícaro abuelete se propaso con la propina
asignada, tras posar con su indumentaria, y Manuel se lo reprobó, también un
maestro escuela hace mención al puente en conversación con Matilda.
“El maestro de escuela dijo que después de que se haya puesto un puente sobre
el Alagón, a pesar de sus raíces aparentemente profundas, muchas de las
antiguas costumbres de Montehermoso, serán erradicadas de manera permanente”.
Algo que afortunadamente no ha sucedido.
Este
primer viaje a Montehermoso fue muy breve, tan solo pretendía cubrir la
festividad de la Candelaria, el día 3 de Febrero partieron hacia Malpartida de
Plasencia donde ya habían estado el 30 de Enero, y aquí surge la gran pregunta,
¿Por qué se va Matilda de Montehermoso el día de San Blas? La respuesta más
fácil y común es que ese año no hubo Negritos, y a su ved esta respuesta, abre
un abanico de preguntas de difícil contestación. El hecho de que ese año no
hubiera Negritos, no parece suficiente motivo para que Matilda no anotase nada
de tan populosa celebración, en otras ocasiones como Arroyo de la Luz, se
intereso por la vestimenta de la antigua tradición
Arroyana de la víspera del solsticio de verano, la noche de San Juan Bautista,
incluso fue uno de los motivos que las llevó a Arroyo de la Luz.
Tras
varios días por Plasencia y la comarca de la vera, Tejeda, Torremenga, Jaraiz
de la Vera, Cuacos, Yuste, Aldeanueva de la Vera, Jarandilla, vuelta a
Plasencia, Coto de Navafebrera, Valdastillas, Casar de Palomero, Aceña, Camino
Morisco, Pinofranqueado, El Robledo, Horcajo, El Gasco, Fragosa, Nuñomoral, El
Cerezal, El Asegur, Las Eras, Casares, Carabusino, Riomalo de Arriba, Las
Mestas, Vegas de Coria, Cambroncito, y vuelta al Casar de Palomero. Desde Casar
de Palomero, donde llegaron la víspera
del Carnaval, el sábado 18 de Febrero, emprenden nueva ruta el lunes 20, y tras
pasar por el Cerezo, y El Bronco, llegan a Montehermoso ese mismo lunes de
Carnaval, es de suponer que al dejar atrás el Cerezo y llegar al Bronco no
volvieron a Plasencia, tal vez desde el Bronco, continuarían hacia Santa Cruz
de Paniagua y por Pozuelo llegarían a Montehermoso, esto explicaría su
presencia en el Pozuelo cinco días más tarde, el itinerario de esta expedición
esta basado en las fotografías que Matilda fue numerando y solo aparecen las
poblaciones en las que se hicieron dichas fotos, ese día, quizás por las prisas
de llegar al Carnaval montehermoseño, tan solo se informaran de la indumentaria
de Pozuelo y regresaron finalizado el trabajo montehermoseño, que como es bien
sabido, desde la creación del cuadro el Mercado, para la Hispanic
Society Of América, (representación de Extremadura según Sorrolla, en su
serie de Las Provincias de España), Montehermoso
era destino indispensable, en uno de los muchos informes a sus superiores,
Matilda indica que llegaron a tiempo para el Carnaval montehermoseño y aunque
no lo especifica llegó muy por los pelos, como mucho estaría día y medio de los
tres de Carnaval y a pesar de que hizo casi cien fotografías, no debió de quedar muy
convencida y treinta y un año más tarde en 1949, regresó para fotografiarlo, no
tuvo suerte con el Carnaval del 49, ya que al llegar al pueblo se entero de que
se había celebrado una semana antes, burlando de ese modo la prohibición del
Gobernador, que unos días antes de dicha celebración solía publicar un bando
con las condiciones y prohibiciones de dicha festividad, lo cual no fue
impedimento para tomar nuevas fotos y describir el nuevo Montehermoso,
alabándolo porque a pesar de que en el pueblo ya se habían incorporado algunos
elementos modernos no habían afectado mucho el espíritu de sus habitantes.
Sobre Montehermoso, Matilda llegó a escribir, que los sellos, postales,
periódicos y tomates enlatados estaban disponibles en el pueblo, y que las
luces eléctricas, ardían débilmente por las tardes, y sin embargo, estos
refinamientos modernos, no habían producido ningún notable cambio espiritual en
los modos de los montehermoseños. Y añadía que eran una rica fuente de material
etnográfico. Matilda siempre admiró mucho a Montehermoso y sus gentes, les tenía
un cariño especial, (no hay que olvidar que
su mesa de trabajo en Nueva York, estaba justo en frente del cuadro El Mercado
y a diario veía a las montehermoseñas con su gorra plagada de vivos colores).
El
sábado 25 de Febrero de 1928 llegaron a Pozuelo de Zarzón, Matilda lo describe
como “una llanura tachonada de granito al oeste del Alagón. Las lluvias
primaverales estaban cayendo y el cielo estaba pesado sobre la población. A
través de calles empedradas, tapiadas con casas de mampostería o tapia y llenas
de charcos, jóvenes con blusas de algodón y pantalones de pana desfilaban y
cantaban en una ruidosa celebración de su inminente entrada en el ejército.
También salían muchachas con flores en el pelo, con brillantes chales estampados
y delantales pálidos, estos grupos se
las ingeniaban para reunirse de vez en cuando”.
Evidentemente
se refiere a las celebraciones de quintos que al menos entre año nuevo y el
carnaval se celebraban en todas las poblaciones, en este caso ya era cuaresma y
por lo general en cuaresma estas celebraciones dejaban de hacerse, si bien es
cierto que había una excepción y Matilda llegó dentro de ella, la excepción era
el Domingo de Piñata y como dice el refrán, “Hasta el domingo de piñata,
antruejos no faltan”. (Las palabras antruejos, entruejos y carnestolendas
sirvieron hasta los principios de siglo para designar en la provincia de
Cáceres al período festivo que preludia la llegada de la cuaresma). Razón por
la que perfectamente Matilda pudo contemplar tal celebración.
En
cuanto al Pantalón Bombacho lo describe así:
El
siguiente mejor ejemplo, del pantalón
bombacho de tamaño natural, de hecho el único que localizamos en
Extremadura, salió a la luz en Pozuelo.
(Lo de tamaño natural, viene dado porque
en Montehermoso encontró uno infantil que documenta de la siguiente manera:
“Manuel viste camisa blanca y chaleco de paño fino negro con picos de
terciopelo rojo bordados en colores. Los bombachos, de paño fino negro, llevan
vueltas de satén azul labrado con dibujos de seda negra. Los lazos de los
tirantes son azules y rojos. Los
bombachos están hechos con una delantera que se abrocha en el centro con un
solo botón. Esta delantera se sujeta además con una cinta roja, azul y
amarilla, que se anuda en un ojal al lado izquierdo, se pasa por detrás y se
ata con una lazada larga en el lado derecho”).
En este caso Matilda no acudió a autoridades,
fue la posadera quien se encargo de buscar las prendas que necesitaba.
Pantalón
bombacho de Pozuelo de Zarzón, (Cáceres)
“La mujer encargada de la posada, comprensiva con nuestros propósitos, fue en busca de los trajes masculinos tradicionales y volvió con dos pares del pantalón bombacho de tela negra, uno con los puños de sarga y terciopelo negro (Fig. 83), uno con los puños de sarga solamente. En ambos pares, los puños estaban forrados con franela de color rojo brillante y estaban recortados a lo largo de la parte delantera de la abertura con una cinta en forma de banda en uno de los lados hasta un borde del patrón de cuentas y carretes anulados en la espalda del chaleco Cabezavellosa. La costura siguió los patrones que habíamos visto antes y añadió otro de semicírculos invertidos con los puntos de una línea encajados en las curvas de la otra.
Para
los componentes de los calzones tenemos los nombres de una dama nacida en 1863.
Las dos secciones de la cintura las llamó petrinas
(por pretinas); la parte delantera de la caída las llamó delantera, los
puños de las rodillas, vueltas. En
las esquinas de la delantera, se trabajaban los ojales para pasar una faja de
cinta a rayas (ciñera) de lana (estambre), que atravesaba la faja por
detrás y colgaba en bucles a cada lado. La mujer de la posada comentó que siempre había visto a los hombres de
esta zona vestidos con el pantalón bombacho. Los pueblos que nombró fueron
Santa Cruz de Paniagua, Aceituna y Guijito, vecinos de Montehermoso, donde los
niños pequeños todavía usan esos pantalones en las fiestas”.
“No
observamos ningún medio de cerrar el puño de la rodilla como lo requiere una
definición enciclopédica del pantalón
bombacho, "pantalón ancho del cual las piernas terminan en forma de
campana, abierta por el lado y provista de botones y lazos para cerrarla".
En los calzones leoneses fotografiados en 1878, se cumple esta definición, ya
que la campana o el puño están provistos de botones. Se sujeta muy por debajo
de la rodilla y cuelga recto casi hasta el tobillo, mientras que en el estilo
extremeño, más dramático, la pierna se ajusta con fuerza y el puño se despliega
inmediatamente por debajo de la rodilla.
El
paralelismo más cercano que hemos encontrado con este último estilo es un par
de Pradena, provincia de Segovia, expuesto en el Museo del Pueblo Español. De
tela marrón-negra, los calzones de Pradena están recubiertos en el centro de la
espalda y el frente con franela negra y anillados en el frente, la parte
superior y los lados de la caída, con tres bordes aplicados de cuero marrón
cortado con bordes lobulados o festoneados, de los cuales los bordes aplicados
de marrón en el ejemplo de Cabezavellosa pueden haber sido una adaptación. Los
puños acampanados, de unos 15cm . de profundidad, están adornados con bandas
festoneadas de cuero. Pradena está cerca de Sepúlveda, que está en una
carretera principal de Soria a Plasencia, lo que sugiere una asociación con el
flujo de pastores emigrantes.
Para
el modelo (Fig. 83) del pantalón bombacho
que pacientemente mantenía en pie, la mujer de la pasada sólo traía una camisa
ordinaria de percal a rayas, el chaleco era de raso negro o satén abotonado con
filigrana de plata y adornado en cada solapa con un borde de terciopelo azul y
otro botón. Sobre su cuello había un
pañuelo de damasco de seda.
Sombrero Calañes y faja
El sombrero se mantenía en la cabeza con una cinta ancha y negra cosida en la entrada de la cabeza, unida a la nuca, y se dejaba caer en un lazo hasta la mitad de la cintura”.La faja (Fig. 84) era extraordinariamente rica. De merino negro, con flecos en los extremos, estaba bordado con sedas de colores en un diseño de pavo real en el centro, y para el resto en rosas, violetas y claveles. Como en la faja de Cabezavellosa bordada, la técnica era la de puntadas largas y planas, sin acolchar, cada pétalo y hoja enmarcada con un contorno de que también hizo los tallos y dio las puntadas más largas, formando una costilla en el medio. Las puntadas así cosidas se usaban para bordar coberturas españolas del siglo XVIII, de las que la Sociedad Hispánica posee varios ejemplos, uno (H1068) que muestra un diseño de árbol de tipo indio oriental. El sombrero, un sombrero calañes (Fig. 85), era de un tamaño imponente y en el ala se vuelve profunda y firme, el terciopelo lustroso, y dos grandes pompones de seda que quedan para adornar el borde del ala y la parte superior de la corona. El cordón de seda negra delineaba el borde superior del terciopelo que cubría la corona y ambos bordes de la banda del ala, en la que hacía un diseño de hojas compuestas debajo del pompón.
A
la hora de mencionar los pueblos, en los que era común, el huso del pantalón bombacho, la posadera de
Pozuelo, cita a Santa Cruz de Paniagua, Aceituna y Guijo de Galisteo (Guijito) que junto con Monterhermoso
donde se encontró uno infantil, (prueba
de que dicho pantalón convivió con la indumentaria tradicional) y el propio
Pozuelo vendría a ser la zona en la que era habitual, siempre según esta
posadera, lo cierto es que a un escaso kilómetro de allí, también se utilizaba.
¿Por qué la posadera de Pozuelo obvio que en Villa del Campo también era usual
el pantalón bombacho?
Villa del Campo (Carnaval) Pantalón bombacho
No solo se usaba si no que se sigue usando. Pantalón
bombacho de Villa del Campo (Cáceres)
Tan
solo se me ocurre una cosa, la hasta no hace mucho sempiterna rivalidad
vecinal, que incompresiblemente trataba de restar méritos a su rival, en el
Campo había y sigue habiendo pantalones
bombachos, y no solo pantalones, también hay ricos manteos que tanto
escasean en la SPANISH COSTUMER EXTREMADURA, unos pasos más allá de Pozuelo y
Matilda hubiera encontrado gran material en ambos temas, lo cual nos viene a
indicar, que el hecho de que en un trabajo de campo, por muy bien hecho que
esté, no aparezca o salga a la luz una determinada prenda, o cualquier otro
tema, no significa que no exista o haya existido, tal ved no se llamó a la
adecuada puerta.
Tras
la visita a Pozuelo, Matilda partió hacia Cáceres, y es muy raro que no mencionase
a Coria, ya que siguiendo el camino más lógico hubo de toparse
con ella.
Como puede demostrarse en las siguientes
fotografías, el pantalón bombacho convivió y convive con los clásicos. Y no
solo el Pantalón, Villa del Campo cuenta con una amplia gama, de prendas antiquísimas
que por falta de iniciativas han dejado de ver la luz.
Ofertorio 2016, Villa del Campo, (Cáceres). |
Belén viviente, Navidad 1967-68 |
Diferentes estilos en plena
convivencia, a la izquierda el pantalón bombacho. Villa del Campo, (Cáceres)
|
Trajes típicos de Villa del Campo, Ofertorios.
|
Manteo en fase de elaboración, autora María Miguel
Fuentes Villa del Campo, (Cáceres)
|
Manteo Antiguo, María Felipe, Villa del Campo,(Cáceres) |
Indumentaria masculina Villa del Campo, (Cáceres) |
fragmento de faja, obra de María Miguel Fuentes, Villa del Campo, (Cáceres). |
Pañuelo, Isabel Gordo, Villa del Campo,(Cáceres) |
Indumentaria del Campo. Cedida por Gema Torres. |
Jubón y saya, Olga Gutiérrez.
|
Chaleco y chaqueta, Montaña Alonso. |
Jubón, Maria Felipe. |
Pañuelo, Montaña Alonso. |
Chaleco, doble vista. Anónimo. Villa del Campo, (Cáceres).
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Chaleco doble vista, anónimo, Villa del Campo (Cáceres) |
Jubón con pasamanería, doble vista. Anónimo. Villa del Campo (Cáceres)
|
Manteo de Olga Gutiérrez, Villa del Campo, (Cáceres)
|
Tras
este viaje a Extremadura que acabó el 17 de Abril, básicamente se acabaron los
que podrían ser denominados viajes románticos, la depresión del 29 en Estados
Unidos, la guerra civil Española y la guerra mundial, dificultaron mucho este
tipo de Expediciones, Matilda volvió en 1949, pero ya no era lo mismo, en esta
ultima expedición del 49 principalmente buscaba lo que le faltaba para su gran
obra "Traje español":
Extremadura: Es cierto que Matilda ni promovió los intereses políticos o
turísticos de España, ni documento la guerra, o el latente analfabetismo en
Extremadura, (en la comarca de la vera,
ella y Spaldin fueron requeridas por la guardia civil para que le firmaran el
parte o confirmación de su presencia en la zona, ese día no encontraron a nadie
más que supiera escribir) pero no es menos cierto, que en el 49 se alineo
con la Sección Femenina, y la Sección Femenina, fue la que fue, en todo lo
relacionado con la indumentaria.
Las fotografías aquí mostrada,
además de que casi todas han sido tomadas en la vía publica y actos tradicionales,
sin que se haya mostrado oposición a ello, tan solo tiene la intención de
acompañar y dar veracidad a los textos y
llevan años colgadas en redes sociales, aun así si alguien se sintiese incomodo
con el trabajo que representan, serian retiradas.
E. Moreno
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