Tras más de 40 años sin
asistir a una romería y pese a haber estado hoy presente en ella, sigo sin
haber estado en una romería, ya que he asistido, a una feria
del vino, así sin más, una concentración vinícola en la que cada cual pone
empeño en mostrar que tiene buen vino, todo ello a la sombra de las encinas, lo
mas lejos posible de la ermita, a tal tentación no se resiste ni el clero, tan solo se salvan unas cuantas mujeres (otra vez las piadosas mujeres) que ponen especial empeño en alabar, honrar y acompañar a la
virgen, el resto de quienes se habían acercado a la ermita, al toque de clarín, sacerdocio incluido, sale despavorido a visitar los altares del dios Baco.
Sí este es el espíritu
festivo de la romería, perfectamente puedo pasar otros 40 años sin asistir a
ninguna, he sentido vergüenza de haber incitado a Domínguez o de haber colaborado
con el, para que pintase el cuadro de la virgen, en un momento determinado, sobre
las 2,15 o 2,30 de la tarde, entre en la ermita y mientras la dehesa estaba llena, en
torno a la ermita no había nadie, me encontré totalmente solo en dicha dependencia y sus inmediaciones, en definitiva VERGONZOSO.