Otra de las joyas que emanan del pleito del Zanco y que por
tanto es susceptible de que estuviese en los archivos locales, es un singular privilegio
Alcantarino, en uno de los muchos cambio de procuración que tubo el proceso, don
Francisco Gutiérrez, procurador de Alcántara, en nombre del rey como
administrador perpetuo de dicha orden, presentó ante los presidentes y oidores
de la corte, una petición en la que como prueba de su intención, mostraba una
escritura de privilegio, concedida por el rey Alfonso IX de León y confirmada
por Fernando III como rey de Castilla y León, la escritura procedía de
un pergamino con un signo rodado y un sello pendiente de plomo, en el que por
una parte mostraba un león y por la otra un castillo, el privilegio no era otro
que la conocida Donación de San Juan de
Mascoras, la citada copia tiene la singularidad de que fue hecha por
petición de la orden al rey Alfonso X, tan solo 28 años más tarde de que dicha donación fuera confirmada y delimitada por Alfonso IX a la orden del Pereiro, (más tarde Alcántara) y fue fielmente extraída por el escribano
real, el 20 de Mayo de 1255, año del señor y tercero de su reinado y fue
incorporada al pleito del Zanco.
El privilegio en latín y sacado tal cual del original por el dicho escribano, es por tanto una de las versiones menos contaminadas y más natural que pueda encontrase.
La donación de Mascoras es uno de los puntos claves en la
historia del Campo, la pertenencia a ella, de esta porción de tierra, allende el
suelo serrano, dio interés a la encomienda y el juicio del Zanco bien que lo
recuerda.
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